El PP recrimina a Piqué su escasa relación con las bases

No es un problema de mensaje del partido, sino de actitud de sus líderes. Esto es lo que opinan destacados dirigentes del PP en Cataluña, tras analizar las causas de su descenso en las últimas elecciones. Así, en las reuniones de las direcciones provinciales de Girona, Barcelona y Tarragona, las bases del partido han instado a su presidente, Josep Piqué, a "hacer territorio" y a emprender el "refuerzo de las estructuras del partido" para restaurar la confianza entre líderes y afiliados.

"Un partido político no es una empresa", decía ayer un dirigente popular, que reconocía que Josep Piqué "no ha tenido tiempo" de profundizar su relación con las bases debido a la inmediatez de las campañas electorales que se sucedieron tras su salida del Consejo de Ministros. De las críticas recibidas, al margen de la petición de dimisión de Piqué a cargo del histórico diputado popular Josep Curto, sobresalen las de Barcelona, en las que numerosas intervenciones de la militancia pidieron el jueves el relevo del responsable de campaña, Francesc Vendrell, y del dirigente barcelonés Daniel Sirera. Piqué señaló ayer que el relevo de cargos "no debe hacerse en caliente" y que "cuando llegue el momento de hacer cambios en los equipos ya los haremos".

A estas críticas se unió ayer el histórico popular de Lleida, José Ignacio Llorens, quien acusó a Piqué de haber "destrozado el partido" y aseguró que "la gente del PP ha dejado de creer

". Llorens no se quedó aquí y acusó a Piqué de no admitir que es "el mayor responsable" del "estrepitoso fracaso" del PP en las sucesivas convocatorias electorales. "Ha sido una pésima inversión para nuestro proyecto en Cataluña y, probablemente, buena para nuestros adversarios, sentenció el ex diputado leridano.

Por el momento, Piqué comenzará ahora un proceso para reforzar la "estructura territorial" del partido, según explicó ayer el diputado tarraconense Francesc Ricomà, quien añadió que el PP de Tarragona no cuestiona ni el liderazgo del partido ni la campaña, y que atribuye todo el peso del descenso electoral a los atentados del 11-M. Ni siquiera la oposición al PHN se ve en el PP como un factor clave del descenso en esta provincia, donde perdió un diputado.

Los cambios, sin embargo, ya han comenzado. En Lleida. el presidente provincial José Manuel Pardos, destituyó ayer a dos de sus vicepresidentes, Salvador Puy e Imma Manso que, junto con los también destituidos miembros de la dirección Paloma García y Josep Pont, encabezaron antes de las elecciones una rebelión contra la sustitución de Llorens como cabeza de cartel en la provincia, decretada por Piqué. El PP quedó sin representación en la provincia de Lleida y ahora la dirección del partido atribuye este fracaso a la rebelión. Cada proceso electoral desde hace cinco años en Lleida está marcado por conflictos a la hora de nombrar candidatos.

Con todo, destacadas figuras del PP señalaron ayer que cualquier cambio que acometa el partido en Cataluña será una simple "operación de maquillaje". Para cambios profundos en Cataluña, según estas fuentes, sería necesario un profundo proceso de autocrítica estatal.

Piqué dijo ayer tras la junta directiva provincial de Tarragona que "después de una derrota no siempre es fácil tener ganas" de preparar otras elecciones, a lo que añadió que, de cara a los próximos comicios europeos, ve a su formación "con muchas ganas de lograr unos buenos resultados".

Por otra parte, fuentes del PP señalaron que la próxima incorporación del partido a la ponencia que debe emprender la redacción del futuro Estatuto de Cataluña está pendiente de un encuentro que aún no tiene la fecha fijada entre el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y Piqué. Estas mismas fuentes señalaron que en este encuentro Piqué reiterará a Maragall su predisposición para incorporarse a los trabajos siempre que se desarrollen "por consenso" y que no planteen una reforma de la Constitución española.