El enigma de Luz Aída Corrales

Luz Aída Corrales Ramírez murió el 11-M. Su nombre no integra el listado provisional de fallecidos publicado en la página en Internet del Ministerio del Interior. Esta colombiana, de 24 años, pereció en su casa de Majadahonda. Pero hay dudas de si es otra de las víctimas mortales del atentado terrorista. Según su pareja, Rodolfo Álvarez, lo es. Pero la Embajada de Colombia en España "no lo puede confirmar".

La inmigrante, que vivía en el país de forma ilegal desde hacía tres años, dejó a su hija de siete meses al cuidado de la madrina, salió a una cita de trabajo, el jueves de la explosión en los trenes, y volvió a media mañana, llorando. Unos minutos después la hallaron muerta en su cama. "Estuvo en Atocha, llegó a casa y se murió", afirma Álvarez.

La embajadora colombiana, Noemí Sanin, confirma que la familia presentó un certificado expedido por la medicina forense en donde consta que la causa de la muerte es por infarto. Y no hay forma de vincularla con los hechos. "¿Cómo comprobarlo? Si tenía un billete de tren, seguro que lo tiró", cuestiona Álvarez, y explica que él no quiere pelear nada, que tiene trabajo y los papeles en regla.

En la página de la presidencia de Colombia con fecha del 13 de marzo, su nombre apareció dentro de la lista de víctimas. Al igual que en numerosos medios latinos.

¿Por qué la confusión? El consulado de España informó sobre este fallecimiento a la Embajada colombiana, que se reunió con su marido y su madre. Ellos explicaron que no saben qué recorrido exacto realizó Corrales Ramírez, pero que creen que fue el impacto de la matanza lo que le provocó la muerte. Ante la duda, la Embajada colombiana dejó la investigación en manos de la oficina Víctimas del Terrorismo del Ministerio del Interior. De momento, no hay conclusiones.