"En la 'roulotte' el médico nos pincha"

Philippe Gaumont, de 30 años, ha decidido colgar la bicicleta y romper la ley del silencio. El ciclista francés, imputado en un sumario judicial por presunto tráfico de productos dopantes junto a un masajista y otros dos ex corredores del Cofidis, espera que la instrucción en curso saque a la luz un sistema que convierte, según él, a los corredores en víctimas.

Explica Gaumont que, antes de las contrarreloj, el médico del equipo le pinchaba en la roulotte del equipo. "Me inyectaba un Fonzylane intravenoso para dilatar las venas y las arterias con el fin de que la sangre me circulara mejor. Luego, una cafeína inyectable para animarme. Tomaba un sello de Théostat para respirar mejor y Nootropyl para concentrame. Y un poquito de analgésico para aguantar mejor el dolor. Como caballos. En la cuadra, al caballo de carreras se le fustiga para excitarlo. Nosotros, en la roulotte, corremos la cortina y el médico nos pincha".

Pregunta. Usted ha declarado que se ha dopado desde 1994, pero sólo ha sufrido un control positivo. ¿Significa esto que los controles antidopaje son ineficaces?

Respuesta. Hay algunos productos, como la hormona del crecimiento, que se usan sin problemas, que no se pueden detectar. Para evitar que detecten la testosterona basta con vaciar una cápsula de Pantestone y ponerse el contenido bajo la lengua. Sin embargo, la EPO ya no se puede tomar en carrera y, como sus efectos en una prueba de tres semanas se van a atenuar sensiblemente, es necesario recurrir a las autotransfusiones, que son indetectables. El hematocrito de un ciclista que corre el Tour después de administrarse EPO puede caer del 50% al 44% o el 45% en diez días. Con una unidad de sangre por semana, un corredor se puede mantener en el 50% mientras que los rivales terminan en el 40%. Pero las transfusiones se quedan limitadas a los grandes, pues se necesita un médico privado para llevarlas a la práctica.

P. También se habla de productos enmascaradores.

R. Las que son enmascaradoras son las recetas médicas. Para la cortisona o los corticoides basta con una buena justificación terapéutica para que un control positivo sea negativo. Para conseguirla, el médico del equipo te envía a un alergólogo, quien constata que uno es sensible a los ácaros y le prescribe un spray. Pedíamos siempre Nasacort porque enmascara la cortisona. Y al mismo tiempo te puedes inyectar Kenacort, que está prohibido, porque en el control no se distingue entre spray e inyectable. Luego, el médico te manda al dermatólogo. Te rascas los testículos con sal para mostrarle que los tienes enrojecidos y te prescribe seis meses de Diprosole en pomada. Y tú te puedes inyectar Disprostene sin arriesgarte a dar positivo.

P. ¿Y los controles por sorpresa?

R. ¡Pero no son por sorpresa! Como se hacen en los lugares de las carreras o en las concentraciones, basta con saber el día de llegada al hotel para calcular cuándo se debe parar de tomar un producto. Sabemos que la EPO por vía intravenosa sólo dura tres días en la orina. Basta, pues, con dejarla tres días antes de ir a una carrera o una concentración para salvar el control. Los efectos de la EPO, sin embargo, duran diez días.

© Le Monde