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Columna
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Éxitos

A estas alturas de la campaña sube la emoción. Las elecciones fueron convocadas en estado de mayoría absoluta por el PP y con la convicción por su parte de que la campaña sería un camino de rosas, en el que su candidato pasearía en triunfo. A estas alturas nada es lo que parecía. Las encuestas han ido situando las cosas en un escenario distinto al que se presuponía, hasta el extremo de que lo que los sondeos revelan es que podría pasar cualquier cosa, incluso no ser tan descabellado como se pudo considerar hace unos meses que el PSOE ganara las alecciones.

La campaña ha permitido ver a Rajoy y a Zapatero, y constatan los observadores más neutrales que la imagen del primero ha ido decepcionando y la del segundo creciendo. Pero parece obligado viajar en el tren de la leyenda de los aciertos del gobierno del PP, como si fueran todo su balance y los muchos errores no hubieran existido.

Los éxitos del PP se han cantado, coreado y jaleado, como si la cierta, real, incontestable modernización que desde la llegada de la democracia, pero sobre todo por las políticas del PSOE en los años ochenta, no hubieran existido. Como si la historia la hubiera inaugurado el PP. Los primeros años ochenta abrieron caminos a la modernización de este país. Y son también tan ciertos los errores que los gobiernos socialistas cometieron, como que el PP ha tenido éxitos en materia económica y en la lucha contra el terrorismo, y ha cometido errores que no hacen falta volver a enumerar porque todo el mundo los recuerda.

Por favor, un respiro, porque el mito de los aciertos está quitando oxígeno a la verdad de que quien gobierna acierta y yerra y no sólo eso, sino que a veces se pasa unos cuantos pueblos, como se ha pasado el PP en asuntos importantes, serios y hasta gravísimos. Repito, no hace falta enumerarlos.

Decía el PP en Andalucía que cuando Chaves convocó las elecciones autonómicas, al hacerlas coincidir con las generales, estaba queriendo evitar el debate andaluz o, más exactamente, el debate sobre su gestión en los últimos cuatro años. Lo cierto es que debate andaluz ha habido, hasta en la televisión pública andaluza, en contraste con lo ocurrido en la televisión pública nacional, donde no hemos podido ver a los candidatos debatir sobre los aciertos ni acerca de los errores y la guerra del PP.

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