Una máquina de lavado de coches arranca una pierna a un joven que la puso en marcha sin permiso

Radoslav Veselinov, de 21 años, empleado de una estación de servicio de Fuencarral, sufrió la noche del pasado lunes la amputación de parte de su pierna izquierda en un túnel de lavado de coches próximo a la gasolinera donde trabajaba. Tras el accidente, Veselinov, de nacionalidad rumana, fue ingresado en la unidad de cuidados intensivos de La Paz, pero los médicos no pudieron reimplantarle el miembro amputado pese a que fue envuelto en gasas y conservado en hielo, según el portavoz del hospital.

Los hechos ocurrieron sobre las once de la noche del lunes en la estación de servicio situada en el kilómetro 11,600 de la carretera de Colmenar Viejo (M-607), en el distrito de Fuencarral-El Pardo. Según fuentes policiales, el herido había trabajado hace tiempo en el túnel de lavado. Pero éste se encontraba cerrado cuando se produjo el accidente, por lo que las citadas fuentes creen que la víctima aprovechó sus conocimientos de la máquina para ponerla en marcha.

Cuando el vehículo de Veselinov estaba a punto de salir del túnel, se produjo el accidente. El empleado de la gasolinera debió de bajarse del vehículo e introducir accidentalmente la pierna izquierda entre una rejilla y la cinta que transporta las ruedas del vehículo. La máquina continuó su recorrido, mientras Veselinov era arrollado, lo que le produjo la sección de la pierna por encima de la rodilla. El coche siguió su camino hasta que chocó contra unos maceteros.

El herido estuvo cerca de 40 minutos sin que nadie le prestara auxilio, ya que el túnel de lavado, que estaba cerrado al público, se encuentra a 50 metros de la gasolinera. Sólo unos vigilantes de seguridad que acudieron a repostar oyeron los gritos y se acercaron a ver qué pasaba.

Los facultativos de una UVI móvil del Samur-Protección Civil estabilizaron al hombre, según un portavoz de Emergencias Madrid. Los bomberos recuperaron el miembro amputado. Éste fue conservado en hielo y llevado al hospital, pero el estado catastrófico que presentaba impidió su reimplantación. Familiares y amigos del accidentado tuvieron que ser atendidos por psicólogos.