Jorginho Guinle, el último 'playboy'
Jorginho Guinle, el último y más famoso de los playboy brasileños, al que se le atribuyeron romances con actrices como Rita Hayworth y Marilyn Monroe, murió el viernes en un hotel de Río de Janeiro. Guinle, que era miembro de una de las familias más tradicionales de Río de Janeiro y que dilapidó una incalculable fortuna en viajes y fiestas, murió a los 88 años en una suite del lujoso Hotel Copacabana, en el que vivió casi toda su vida y que su familia construyó.
El ex millonario falleció de madrugada mientras dormía, víctima de un aneurisma en la aorta abdominal. Un día antes había abandonado la clínica en la que estaba internado y firmado una declaración en la que asumió la responsabilidad por no someterse a una cirugía de riesgo.
Guinle, una de las almas de la vida social carioca en las décadas de los años cincuenta y sesenta, se enorgullecía de haber aceptado su primer trabajo a los 85 años, cuando la necesidad económica lo llevó a ser guía de ricos turistas en paseos exóticos a Europa. La familia del playboy, quien vivió en los últimos años gracias a una jubilación de 1.588 reales (unos 530 dólares), llegó a acumular una fortuna calculada a comienzos del siglo en unos 2.000 millones de dólares a precios actuales.
"El secreto de la buena vida es morir sin un centavo en el bolsillo. Pero creo que me equivoqué en los cálculos y el dinero acabó antes de la hora", llegó a admitir recientemente Guinle, en una entrevista, al reconocer su precaria situación financiera.
El propio playboy se enorgullecía de la buena vida que tuvo en Hollywood, en donde pasaba largas temporadas, y de haber tenido, entre centenares de novias, romances con actrices famosas como Rita Hayworth, Romy Schneider, Kim Novak, Anita Ekberg y Marilyn Monroe. "Creo que ningún otro playboy tuvo un romance con Marilyn", aseguraba el ex millonario, que se casó cuatro veces y que, ya octogenario, aún confiaba en el poder seductor de sus ojos azules.
Guinle se consideraba el último playboy brasileño y afirmaba que su diferencia con los galanes de moda hoy en el país es "que ellos comenten un pecado: tienen que trabajar". Su experiencia y trayectoria internacional le permitió escribir Un siglo de buena vida, en 1997. En los años cincuenta escribió Jazz, Panorama, primer libro sobre el género en Brasil.-
