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DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Un Internet cada vez más 'lila'

La población internauta femenina pasa en cinco años del 19% al 28% en España

Si en 1994 eran raras las webs femeninas que no estuviesen en Estados Unidos, hoy la oferta de información feminista, contenidos para marujas o foros donde se mezclan empresarias de Bilbao con abogadas de Teruel muestran un red con cada vez más nodos lila.

En vísperas del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), se muestra que la situación entre la española y la del resto del mundo no es tan diferente. Es decir, se mantiene las desigualdades del mundo real.

El estudio Mujeres y software libre, de Ana Lamas Clemente, da más pistas: 28 años de media, el 82% tienen estudios universitarios, el 54% son solteras con pareja y el 27% están casadas. La mayoría, el 71,4%, ha entrado en este mundo a través de su compañero. Una minoría tiene hijos. El 66,7% participa habitualmente en foros y chats. El 63,5% piensa que no hay machismo en Internet.

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Según Lamas, "las mujeres se enfrentan al ordenador de una forma más práctica que los hombres". Tejer, coser, bordar, tricotar son las metáforas de la simbología ciberfemenina, que recogen en

E-leusis.

Y en la página Mujeres en Red evangelizan: "Los programas libres son como las recetas de cocina". La mujer bucea en lo más profundo de la matriz. Indagan y curiosean en un invento de nombre femenino.

Según la Asociación para la Investigación de los Medios de Comunicación, en 1998, las mujeres eran el 19% del total de internautas españoles. En diciembre de 2003, llegaban al 28%, con un crecimiento más acelerado que los hombres.

Las pioneras fueron estudiantes y profesoras de universidades e institutos. Angustias Bertomeu, Gusi, es una de ellas. Sorprenden sus muchos artículos, conferencias y seminarios sobre las nuevas tecnologías, viniendo de una profesora licenciada en Historia: "En el 93, dirigía un centro de formación del profesorado en Benidorm, con 3.000 profesores. Era evidente la necesidad de usar algo como Internet, por lo que empezamos con una BBS. Después, hicimos webs, digitalizamos bibliotecas, creamos libros electrónicos".

En 2001, con cinco socias, Gusi ponía en marcha la empresa y portal Eleusis.net. La ciudad de las mujeres, con información y asesoramiento gratuito sobre empleo, leyes, salud, feminismo, juegos, poesía... Es una empresa atípica, en la que ofrecen formación y consultoría, pero también "videojuegos no sexistas, programas antitecnofóbicos o arte electrónico, en una mezcla de pragmatismo y corazón, con una ética feminista que marca los proyectos. Seguimos los pasos de las ingenieras del ordenador Eniac, que decían: Empujamos las fronteras".

Mercè Castells dice de su web Emprendedoras.com: "Al principio quería hacer un sitio serio dedicado a los negocios, pero me di cuenta de que las mujeres solemos mezclar todas las áreas de nuestra vida. Además, en la red buscamos crear un espacio de comunicación y establecer lazos de unión con otras mujeres afines".

Castells ejercía de psicóloga hasta que en 1995 descubrió Internet. "En 1999 creé mi empresa; pero cuando estás iniciando un negocio en muchos momentos te sientes solo y, entre la familia (tengo dos hijas) y el trabajo, tienes poco tiempo. Pensé que sería interesante crear un lugar de encuentro virtual para las mujeres emprendedoras. Quique Martínez y yo hicimos la primera versión, en 2001. Hoy tenemos 4.000 usuarios registrados y 7.525 suscripciones al boletín".

Mar Monsoriu es otra maga de la red, además de periodista valenciana, con estudios de ingeniería y organización de empresas. En 1996, creó la primera comunidad virtual hispana dedicada al marketing, con un canal en el IRC-Hispano, una web y un grupo de noticias: "Comencé a programar en 1980 y, más tarde, ejerciendo como periodista, siempre tuve buena relación con los ordenadores. Soñaba con algo parecido a Internet cuando no existía y tuve la suerte de estar desde sus inicios". Un hito fue 1993, cuando se creó una zona para mujeres en la red planetaria APC (Asociación para el Progreso de las Comunicaciones).

Las APC-Mujeres tuvieron un papel clave en las comunicaciones electrónicas de la Conferencia Mundial de Mujeres de Pekín en 1995. De allí salieron consignas para implicar a las feministas en nuevas tecnologías.

En 1998 nació en Barcelona el Espai de Dones de Pangea, ligado a APC-Mujeres. Hacen cursos gratuitos y mantienen una nutrida web, con recursos sobre transversalidad de género, donde difunden campañas y la reputada Agenda Feminista.

En otro frente, surgió en 1998 Mujeres de Negro, que aúna feminismo y antimilitarismo. Se beneficia de Internet "en la organización de giras y en la comunicación entre nosotras. Aprovechamos Internet para construir una red internacional y generar apoyo a las mujeres que están en conflictos, a través de publicaciones o cartas de denuncia a los gobernantes", explican en el sitio.

Mar Monsoriu, en el Oceanográfico de Valencia.
Mar Monsoriu, en el Oceanográfico de Valencia.SANTIAGO CARREGUÍ

Periodistas en la Red

La visibilidad de los colectivos de mujeres en la red española se remonta a finales del 95, cuando la asociación catalana de mujeres periodistas publicaba su primera web, fruto del interés de algunas socias por las nuevas tecnologías. La participación en la Conferencia de Mujeres de Pekin estimuló la seducción.

En 1996, una socia, Julia López, conseguía una subvención del Plan de Igualdad de Hombres y Mujeres de la Unión Europea, para el programa Internet en femenino. Hicieron cinco cursos de formación y dos webs, una de ellas interactiva, donde se podían denunciar o felicitar cosas de la red, vistas en clave de género. Dice López: "Estábamos bastante solas y sabíamos poco, pero aprendíamos rápido. En 1997, montamos el encuentro Més visibilitat a Internet, al que asistieron periodistas y feministas de Francia, Italia y España. Después, la relación siguió por la Red, intercambiando correo y campañas".

Pero, dice López, "dentro de la asociación, las de Internet éramos una minoría y, en 1999, se acabaron las subvenciones europeas. Fuimos unos pioneras, pero no seguimos avanzando a la misma velocidad que la red. Después, crecieron como setas las páginas de mujeres y no supimos competir. Otras cogieron la antorcha".

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