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"Querría un equipo vasco, pero no surgen jugadores"

Josean Querejeta ha convertido al entrañable Tau en el club más innovador del baloncesto español

Robert Álvarez

Josean Querejeta (Lazkao, Guipúzcoa; 1957), un ex baloncestista de la élite -ganó dos Ligas con el Madrid y militó fugazmente en el Joventut-, dirige uno de los proyectos más consolidados en el deporte español. Hace ya 15 temporadas que es el presidente del Tau. Un tiempo en el que ha culminado la modernización absoluta de las estructuras del club y lo ha hecho pasar de entrañable, pero modesto y sin triunfos, a punta de lanza con seis títulos en los cinco últimos años: una Recopa europea y una Liga y cuatro Copas nacionales con la obtenida el pasado domingo a costa del Joventut.

Querejeta ha innovado y apostado fuerte: el Tau fue el primer club de baloncesto que se convirtió en sociedad anónima y el primero también que explotó el filón suramericano con la incorporación de Nicola. Además, se puso a la cabeza de la reivindicación para conseguir la libre circulación de los jugadores, creó la Fundación Baskonia hace cuatro años y sólo tres meses atrás ha construido una ciudad deportiva con un centro de ocio en una zona de 2.500 metros cuadrados.

No parece preocuparle en exceso, pero, después de insistirle, Querejeta admite uno de los pocos logros que no ha podido cumplir: "Es cierto. Además de que yo soy de la Real Sociedad, mi ideal sería poder formar un equipo con más jugadores vascos. Pero no surgen con la suficiente calidad para estar arriba del todo".

El último fue Laso y en estos momentos, al margen de Buesa que desempeña un papel secundario en el propio Tau, el único vitoriano que actúa en la Liga ACB es Iturbe, ala pívot de Estudiantes. "El problema es que somos una comunidad pequeña. En Vitoria hay unos 240.000 habitantes y unos 60.000 más en el resto de la provincia. Tenemos una escuela con más de 300 chavales y organizamos actividades para más de 4.000 niños. Pero no tenemos suerte. No encontramos jugadores altos y con talento. Bueno, de hecho, es que uno va por la calle y no ve siquiera personas muy altas", se lamenta Querejeta.

La fórmula del éxito, al decir de Querejeta, es una cuestión de trabajo y profesionalización. "En nuestro club trabajan 26 personas y, poco a poco, estamos logrando una gran estructura gracias a una serie de trabajadores muy competentes. También es muy importante la buena sintonía que mantenemos con las instituciones y los aficionados, tal como se ha demostrado en Sevilla, adonde han viajado para apoyarnos cerca de 2.000 seguidores".

Todavía desconoce los beneficios que pueda obtener el club del centro de ocio y otras actividades recién inaugurado: "Es una inversión de riesgo, pero los clubes estamos obligados a generar más recursos [el presupuesto del Tau es de unos nueve millones de euros] y, sobre todo, con la incógnita que se ha abierto sobre el valor de los derechos audiovisuales. Debemos invertir, generar recursos atípicos... Y, si es posible, en patrimonio".

Querejeta se congratula de que la final de la Copa haya enfrentado a dos clubes exclusivamente de baloncesto, dos históricos como el Tau y el Joventut, y no está de acuerdo con algunas visiones negativas al respecto: "Sólo hay un club que es superior a nosotros en audiencia, el Madrid. El Barcelona obtiene las mismas audiencias que nosotros y que el Pamesa, por ejemplo".

El Tau ha estado en las tres últimas finales de la Copa, ha concluido los siete últimos años entre los seis primeros en la Liga, de la que ha disputado dos finales, y en el presente curso es además el líder del campeonato. "Me he entendido muy bien con todos los entrenadores. Les he dejado trabajar y todos han aportado mucho en la consolidación del club", explica Querejeta. "¿Si soy exigente para que, a su vez, Ivanovic también lo sea? Es que no sé como se puede progresar de otra forma, para ser competitivos, con los clubes, cada vez más, que están adquiriendo un nivel importante y que quieren aferrarse a la primera línea", concluye.

Josean Querejeta, en la sala de trofeos del Tau.
Josean Querejeta, en la sala de trofeos del Tau.L. RICO

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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