El hallazgo del cura
Estudio de Saavedra, 1895.
Entre los ajedrecistas inmortales hay dos curas españoles. El más conocido es Ruy López, coetáneo de Felipe II y considerado como campeón del mundo oficioso en la segunda mitad del siglo XVI. El otro, Fernando de Saavedra, es el autor del estudio más publicado de todos los tiempos. Como ocurre con las obras de arte musical o pictórico, es tan bello que no cansa. Además, la historia del hallazgo es curiosa porque, en realidad, la posición del diagrama deriva de la partida Fenton-Potter, Londres 1875 (blancas: Rc6, b7; negras: Rh3, Ta5), en la que Fenton aceptó el empate sin darse cuenta de que ganaba. Veinte años después, Potter murió, y el director del periódico escocés Weekly Citizen, G. E. Babier, publicó esa partida, pero lo hizo de memoria, y se equivocó en la posición (blancas: Rb6, c7; negras: Rh6, Td5). Tras explicar que, después del empate, Potter mostró a Fenton cómo éste ganaba, Babier descubrió que con el rey negro en a1 hay un espectacular truco para hacer tablas, y retó a sus lectores a encontrarlo. Entonces entra en acción nuestro cura pasionista, quien visitó a Babier en el Club Ajedrez Glasgow para mostrarle su gran hallazgo: ¡las blancas ganan! La solución es como una muñeca rusa, cada truco tapa el siguiente: 1 c7 (obligada, ante Td6 y tablas) 1... Td6+ 2 Rb5 (si 2 Rc5, Td1, para Tc1, y tablas) 2... Td5+ 3 Rb4, Td4+ 4 Rb3, Td3+ 5 Rc2, Td4! (éste es el gran truco de Babier: ahora no vale coronar dama por Tc4+ y tablas por ahogado. Pero Saavedra vio aún más lejos...) 6 c8=T!!, Ta4 (se amenazaba mate en a8) 7 Rb3, y las blancas ganan ante la doble amenaza de la torre y el mate en c1. Y así, el cura español se hizo inmortal por una sola jugada.
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