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Las víctimas de 'overbooking' serán indemnizadas con hasta 600 euros

Bruselas intenta cortar una práctica que afecta a 250.000 viajeros

Alrededor de 250.000 viajeros sufren cada año el problema de la sobreventa de billetes. La UE, que quiere acabar con este abuso de las compañías aéreas y operadores turísticos, adoptó ayer una nueva normativa que prácticamente duplica las indemnizaciones a recibir por las víctimas del overbooking y cancelaciones de vuelos, que pueden llegar hasta 600 euros, un nivel considerado disuasorio por Bruselas.

La nueva reglamentación entrará en vigor en 2005 y cubre también a los paquetes turísticos, que hasta ahora carecían de protección.

La normativa vigente es de 1991 y ha quedado desfasada por el gran incremento del recurso al avión como medio de transporte en la UE, donde ocasionalmente las compañías aéreas son incapaces de cumplir su parte del contrato. El pagano es el viajero que se encuentra inesperadamente con que su reserva no vale o con cancelaciones de vuelos o con retrasos que destrozan cuidadosas planificaciones de vacaciones. Hasta ahora, la compensación financiera oscilaba, para las ocasiones en que el viajero quedaba en tierra, entre 150 y 300 euros, según la distancia del vuelo. Quedaba incluida la posibilidad del reembolso y el abono de comidas y hotel en caso de necesidad. No había una política fija de indemnización por cancelaciones o largos retrasos.

Disuasión

Eran desembolsos asumibles por las aerolíneas, que ahora han sido modificados al alza. "Si las compañías o los operadores turísticos niegan el acceso al avión a sus pasajeros, tendrán que pagar indemnizaciones disuasorias", señalaba ayer la Comisión Europea. Ésta espera que la nueva normativa reduzca de forma sustancial el número de damnificados, que hasta ahora venían siendo unos 250.000 al año en la UE.

Bruselas da por hecho que seguirán dándose casos de exceso de venta de billetes, pero cuando así ocurra, las compañías deberán ofrecer compensaciones a los viajeros a cambio de que cedan sus puestos a otros que tengan mayor interés, como ya ocurre en Estados Unidos en circunstancias semejantes. En caso de que ni mediante esas edulcoraciones consigan las renuncias necesarias, las aerolíneas deberán abonar a quienes se queden en tierra 250 euros por vuelos de menos de 1.500 kilómetros, y 400 euros para vuelos en el interior de la UE de más de 1.500 kilómetros y por otros que no superen los 3.500 kilómetros. Cuando se rebase ese umbral, la indemnización por vuelo perdido deberá ser de 600 euros. Además, a los viajeros se les deberá ofrecer o el reembolso de su billete o un vuelo alternativo, junto al abono de comidas, bebidas, comunicaciones y alojamiento.

La protección cubrirá a todos los viajeros que pretendieran salir de aeropuertos de la Unión, que adquirieron el billete a una compañía europea o a usuarios procedentes de un país tercero que fueran a volar a la UE. Las mismas medidas se aplicarán a los vuelos que sean anulados, excepto en caso de que la cancelación sea comunicada con más de quince días de antelación o el vuelo sea sustituido por otro que cubra horarios muy parecidos a los del contratado. Tampoco se podrán reclamar compensaciones en caso de que la suspensión de vuelo sea imputable a causas de fuerza mayor como inclemencias meteorológicas, huelgas o medidas de seguridad,

Los retrasos también tendrán un coste para las compañías, a las que se podrá reclamar el reembolso si el viajero prueba que un retraso de más de cinco horas hace inútil el traslado o ha anulado el interés del viaje.

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