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Reportaje:

Las 2.000 caras de Bigas Luna

El cineasta catalán muestra en la Universitat de València su faceta más pictórica en una exposición sobre el alma

Ferran Bono

Desde hace un tiempo, Bigas Luna repite para quien lo quiere oír que vivimos en una época que guarda grandes similitudes con el Renacimiento. Una época en la que las artes se interrelacionan, en la que el creador se sumerge con naturalidad en diferentes disciplinas artísticas. El cineasta predica con el ejemplo. Si el pasado verano dirigió su primer montaje teatral en la antigua nave de repuestos de la desmantelada siderurgia saguntina, unas muy personales Comedias bárbaras, ayer presentó la exposición Cares de l'ànima, en la Nau, la sede histórica de la Universitat de València.

No hay por qué extrañarse, porque como recordó Bigas Luna en la presentación de la muestra, que recopila 2.006 pinturas y dibujos de pequeño formato realizados entre 1998 y 2003, la pintura siempre le ha acompañado. Antes de que se consagrara como uno de los cineastas españoles más relevantes del pasado fin de siglo, en las postrimerías de los los años sesenta, dejó el estudio de diseño donde trabaja para dedicarse a la pintura.

"Les cares de l'ànima son fruto de un deseo imperioso de pintar. Porque pintar me hace sentir bien. Es una de las actividades que más de llenan, ya que me proporciona alguna cosa que enriquece con mucha fuerza mi vida interior", comentó. Pintar le proporciona "una fuente de energía muy grande"; si no lo hiciera no tendría la energía para hacer las películas y otras actividades", añadió. "Es una faceta mía que quiero que se conozca más".

Las caras son elaboradas casi siempre por la noche con materiales de muy distinta procedencia. El proceso creativo lo explica por orden en la introducción del cuidado catálogo de la exposición, que se clausura el 21 de marzo: "Primero preparo meticulosamente todas las piezas: hojas de árboles, cinta de pintor, cañas, tintas y agua, en segundo lugar dispongo sobre el papel la parte vegetal para configurar después el perfil de la cara y, más tarde, añado los ojos y la boca. Finalmente las dejo reposar en el mismo lugar donde han sido hechas hasta el día siguiente".

Las piezas de sus composiciones "salen del campo". "Son una mezcla de tierra, hojas que encuentro cuando paseo y naturalezas muertas", agregó. Muchos de esos componentes fueron recogidos en tierras valencianas, en la playa de Dénia, en Benicàssim, Castellón o Valencia. La exposición también contiene proyecciones audiovisuales.

La relación del artista catalán Bigas Luna con la Comunidad Valenciana, que considera una especie de hipónimo del Mediterráneo, se ha estrechado en los últimos años. Rodó hace unos años Son de mar en Dénia y dirigió Comedias bárbaras en Sagunto el pasado año, dentro de la II Bienal de Valencia, organizada por la Generalitat. El próximo mes de septiembre se repondrá la obra, dado el éxito de público y crítica.

Las caras del alma, de hecho, incluyen también entre sus componentes purpurina y elementos recogidos del Misteri d'Elx, una fiesta que el cineasta considera "pieza clave donde se reflejan muchísimas cosas de cualquier creador mediterráneo, desde el dolor y los conceptos místico y pagano". En este sentido, sostuvo que su pintura tiende un puente entre la vida espiritual y lo pagano.

No en vano, Bigas Luna asegura que su obra plástica bebe de la admiración que dice sentir por el artista alemán Joseph Beuys -"el más importante del fin del siglo XX"- y por Joan Miró. Del primero, aprecia su concepción del arte "como curación y fuente espiritual", que ha influido en sus creaciones "simbolistas, conceptuales y místicas"; del segundo, destacó que sus obras eran "como alcachofas, cosas que salían de la tierra".

La realización de las caras del alma, de las que señaló como sus preferidas aquéllas que están tocadas por una boina, coincidió con una etapa de la vida de Bigas Luna en la que quería "ordenar" su "mundo interior", debido a que la "pintura va por delante de lo que piensas". De todo esto se dio cuenta cuando ayudó a un amigo siquiatra a montar en un hospital de Barcelona un departamento de ayuda a través del arte.

Bigas Luna reiteró su defensa del uso de las nuevas tecnologías, que democratizan, por ejemplo, el cine, si bien indicó que "es muy importante no perder de vista la tierra, los orígenes y las manualidades". En la actualidad, el cineasta tiene abierta en Barcelona la exposición Orígenes y prepara otras dos.

El vicerrector de Cultura, Rafael Gil, señaló que con esta exposición, ideada en 2002, la Universitat de València "quiere contribuir a exhibir una disciplina desconocida de Bigas Luna, para que los universitarios y la sociedad valenciana puedan tener acceso a una visión más amplia de un artista total, ententido según la concepción renacentista del uomo universale".

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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