El Betis se frena de nuevo ante el Zaragoza

Ni el Betis había resucitado, ni el Zaragoza estaba en coma. En un monumento al mal juego, los maños sacaron adelante una eliminatoria de una competición tan bonita como es la Copa. El Betis pareció salir con carrerilla de su goleada al Málaga. Marcó pronto, pero el encuentro mostró que el equipo distaba de ser el mismo, aunque muchas camisetas llevaran idénticos nombres.

La prudencia aconsejaba que se quedaran fuera de la convocatoria varios de los que dieron lustre al Betis en el citado partido, pero no podía ser. El equipo sevillano está en cuadro en muchos aspectos y, uno de los principales, es la frescura de la plantilla. Ito, Benjamín y Alfonso aún no habían digerido el trabajo frente a los malaguistas. Sí que se quedó fuera Luis Fernández, realmente dolorido. Los dos únicos cambios de titulares no forzados por la biología fueron la entrada de Denilson por Ismael y la de Fernando por Tote, quejoso de extraños malestares, sometido a dietas por sobrepeso y en plena racha de mal juego.

Precisamente Fernando fue el que marcó el golazo que llevó a los más optimistas

de los aficionados de Heliópolis a presumir la goleada. Controló un balón de Benjamín con un giro que sacó de posición a Álvaro y clavó el balón en el palo largo. Laínez contribuyó algo, al intentar despejar la pelota a mano cambiada, cuando parecía que podría haberla blocado fácilmente si hubiera usado sus dos armas legales.

El gol espoleó al Zaragoza en la misma medida que acoquinó al Betis, otra vez predecible. Tras encajar el gol, los de Flores empezaron a combinar con sentido, aunque sin demasiados dientes.

En la segunda mitad, más sudor sin sentido y una jugada para las hemerotecas. Prats interrumpió con una falta un contraataque en el que su defensa le había dejado vendido y se fue a la caseta. El Zaragoza aprovechó el castigo y redondeó una eliminatoria que tan sólo ha mostrado mal juego

y errores.