Arbolito
¡No hay regalo mejor para celebrar la Navidad! ¡Una encuesta del CIS con preguntas sobre los inmigrantes! Naturalmente, en la encuesta les denominan ciudadanos. No nos iban a fastidiar el 2.003º aniversario del Inmigrante Predilecto de la Cristiandad con una entrega de lenguaje políticamente incorrecto. Aquí está el profesor Metaforín, arropando la rehecha y recontrahecha Ley de Extranjería.
La encuesta sabe qué preguntar. Y lo hace. Genialmente, en mi opinión. Los iberoamericanos "que viven en España", explica el profesor Metaforín, "son bastantes, pero no demasiados", según respuesta de la mayor parte de la población, españoles que vivimos en ¡España! y que somos buena gente. O nos hemos convertido en ello: dos legislaturas del PP cambian ¡España! hasta extremos insospechados. El caso es que ya no llamamos sudacas de mierda a los argentinos. No, el profesor Metaforín, San Sinónimus le libre, no hace referencia a tal insulto, pero afirma que todos preferimos locamente a los argentinos. Argentinos, pues, colgados por las bolas de las ramas más bajas de nuestro arbolito; un poco más arriba, un poco menos hijos predilectos, vienen los mexicanos. Y así, en una escalada sin precedentes, porque el profesor Metaforín tiene la santa papada de meter en el mismo saco a italianos, franceses, alemanes, estadounidenses y otros blancos honorarios (inmigrantes también, aunque sector euro o dólar), vamos subiendo hasta colgar en lo más alto de nuestro aborrecimiento a... ¿adivinan quién? ¡Los marroquíes!
Y eso no es racismo por nuestra parte, dado que a los estadounidenses que vienen aquí, los pobres, a hacernos mormones o niños de Dios o a trabajar en la sucursal de su empresa, les detestamos en segundo lugar. Ergo, somos equidistantes.
Me juego el cuello del pavo de cartón a que no vamos a tener narices para retirar de la Puerta del Sol a esos plastas antiabortistas y estadounidenses a la vez que nos asaltan. En cambio, ¿a quién le importan los inmigrantes marroquíes? Ni siquiera al rey de Marruecos, que admite que le mandemos de vuelta a los pobres hijos de su país (menores sin acompañantes) cuando aquí, a los nuestros, con esa definición no les dejamos ni entrar en según qué cines.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.