La música española tradicional arrasa en las listas étnicas de Gran Bretaña
Cinco de los diez favoritos elegidos por la revista 'fRoots' para este mes son ibéricos
La música española de ascendente tradicional hace furor en Gran Bretaña. En un momento en el que las compañías discográficas nacionales se muestran más renuentes que nunca a apostar por sonidos de filiación folclórica, numerosos artistas del género atraviesan por una fase de aceptación en tierras británicas como nunca ha logrado el pop-rock español. El último número de la revista fRoots incluye a cinco músicos españoles entre sus diez favoritos del mes. Encabeza esta clasificación la gallega Mercedes Peón, con su disco Ajrú.
La publicación londinense fRoots ostenta de largo la condición de cabecera europea más influyente en el territorio de los sonidos étnicos. Su panel de críticos escoge todos los meses el fRoots Playlist, los diez discos más suculentos del momento. En el número correspondiente a enero de 2004, ocupa el primer puesto la cantante, gaitera y etnógrafa gallega Mercedes Peón.
Pero la clasificación depara otras alegrías. El tercer lugar se le adjudica a la rumba mestiza de Amparanoia, con su álbum Enchilao. La sexta posición va a parar al grupo de pandereteiras Leilía, por su disco Madama. En el séptimo puesto aparecen otras cantareiras, unas gallegas afincadas en Bélgica que se hacen llamar Ialma, con Marmuladas. Y aún en el número nueve se hace un hueco el zanfonista castellano Germán Díaz, gracias a las músicas incluidas en su trabajo de debú, El suéter de Claudia.
El éxito de los artistas ibéricos proviene, a juicio de Mercedes Peón, de "la originalidad de sus códigos". Y razona: "Hasta hace poco, muchos creían que para encontrar sonidos originales o exóticos había que mirar necesariamente a Asia o África. Los ingleses están descubriendo ahora que también nosotros disponemos de melodías ancestrales, y su receptividad es absoluta".
La clasificación de los críticos de fRoots no es el único motivo de satisfacción estos días en tierras británicas. También deparan sorpresas agradables las candidaturas de los Premios de World Music que convoca desde hace tres temporadas la Radio 3 de la BBC. En la categoría europea hay dos finalistas españoles, Ojos de Brujo y Radio Tarifa, que se disputarán el galardón con los polacos Kroke y la cantante croata Tamara Obrovac.
"La paradoja", recalca Mercedes Peón, "es que, mientras todo esto sucede en la meca de la música popular, nuestras multinacionales son incapaces de entender la música étnica y trabajar con ella. Les falla el más elemental sentido del riesgo y la originalidad. Se han consagrado a lo que yo llamo el pop-churro, y de ahí no hay quien los saque".
El trío mediterráneo Radio Tarifa conoce bien los efectos de esa incomprensión. Su más reciente disco, Fiebre, fue registrado en directo a varios miles de kilómetros de casa, en la ciudad canadiense de Toronto. El álbum ha sido ignorado casi por completo en el mercado español, mientras en el internacional ha aparecido bajo los auspicios de World Circuit, el sello de Ry Cooder, en el que han grabado Buena Vista Social Club, Ibrahim Ferrer, Elíades Ochoa o Alí Farka Toure.
"En España seguimos anclados en esa mentalidad según la cual sólo merece la pena lo que viene de fuera", tercia Germán Díaz. Su experiencia con El suéter de Claudia ha sido amarga: la multinacional Dro-East West accedió a su publicación, pero a los cuatro meses le concedió la carta de libertad por no cumplir las expectativas. "Ni siquiera me dieron la oportunidad de presentar el disco en directo. He sufrido en carne propia el desinterés y la falta de profesionalidad, y es francamente desolador", se lamenta.
Las discográficas se escudan en que el folk ha sucumbido a la crisis del sector. Hace cuatro o cinco temporadas, los gaiteros Hevia y Carlos Núñez aparecían en las listas de los más vendidos, y Kepa Junkera o Luar na Lubre también despachaban discos en cantidades apreciables. Los tres primeros han publicado nuevos álbumes en 2003, con resultados muy discretos. Y los coruñeses de Luar na Lubre también sufren los efectos de la recesión: si Warner les permitió grabar Espiral (2002) en Irlanda, bajo la dirección del ilustre Dónal Lunny, el nuevo Hay un paraíso se está registrando en un monasterio gallego y bajo producción propia.
El trikilitari bilbaíno Kepa Junkera aboga por una vuelta a objetivos más humildes. "Quizás nos hemos equivocado al pensar que el folk podía ser un fenómeno comercial. Urge recuperar la cotidianidad, el contacto directo con la tierra y con la gente".
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