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FÚTBOL | Internacional

El 'Cabezón' y 'La Boba'

Le debe de costar un enorme esfuerzo a D'Alessandro, alrededor de 1,70 metros, levantar su enorme cabeza, otear el horizonte y ver dónde tiene que mandar la pelota. Lo de Cabezón, el mote, fue cosa de su viejo, un taxista porteño, al constatar la evidencia. Es D'Alessandro un jugador de mirada clara y lejana, y la frente levantada, que resuelve en décimas de segundo las incógnitas de la ecuación entre la jugada individual o el pase al hueco que deja al delantero ante la portería. En las jugadas individuales es capaz de librarse de varios contrarios en un par de metros y, por añadidura, pegado a la cal o de hacerles una Boba. Los pases de D'Alessandro a su socio el ex rayista Diego Klimowicz llevan un aviso implícito: "¡Tuya, Diego; metela!", con acento argentino en la segunda e.

El otro día, durante el derby de Baja Sajonia Wolfsburg-Hannover, el extremo argentino Menséguez se revolcaba en el suelo en una interpretación particular de La Muerte del Cisne. D'Alessandro recibió el balón y se lo pasó al caído Menséguez, quien, al ver aproximarse la pelota, se levantó, la paró y salió cual rayo en dirección a la portería contraria. El mensaje sin palabras del Cabezón fue un evidente: "¡Jugá y dejá de joder!".

Sobre las praderas de la Bundesliga, todavía verdes en espera de lo peor del invierno, D'Alessandro ha realizado varias veces La Boba. Su compatriota Demichelis, que también vino del River y juega de central o de medio defensivo en el Bayern Múnich, le habló de ella al periodista Javier Cáceres, del Süddeutsche Zeitung: "Cuando está por el costado derecho, te la hace siempre. Lo sabés, pero no podés hacer nada. Te quedás sin defensa".

Verlo jugar por la pradera de Wolfsburgo provoca de inmediato la pregunta: "Cabezón, ¿qué hace un crack como vos en un equipo como éste?".

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