Alfonso de Hohenlohe-Langenburg, príncipe, gran promotor de la Costa del Sol
Pionero del despegue turístico de la Costa del Sol y creador del mito de la jet set, Alfonso de Hohenlohe-Langenburg, príncipe y empresario, murió ayer a los 79 años en su residencia de Marbella, El Principito, víctima de un cáncer de próstata que le había mermado la salud desde el pasado verano. Nacido en Madrid el 28 de mayo de 1924, fue bautizado en el Palacio Real, apadrinado por Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia.
Hijo del príncipe Maximiliano y de la princesa Piedad Iturbe, su infancia transcurrió entre el palacio de la duquesa de Parcent, su abuela, y el castillo familiar de Bohemia. Cuando Alfonso contaba 22 años, el patrimonio y rentas de su familia habían disminuido considerablemente, al perder sus posesiones en Checoslovaquia, por la Primera Guerra Mundial; en México, a causa de la revolución mexicana, y muchos de sus bienes españoles sufrieron daños en la Guerra Civil.
En 1947, el príncipe Alfonso, que entonces vivía en América, comenzó a adquirir terrenos en Marbella. Su primera inversión fue la finca Santa Margatita, que vendió en parcelas a algunos amigos centroeuropeos entre los que se encontraban nombres como Bismarck, Rostchchild o Thyssen. En 1954 creó el Marbella Club, primer hotel de lujo de la Costa del Sol, en el que se hosperadon importantes y conocidos actores como Rod Hudson, Esther Williams, Kim Novack, Gina Lollobrigida, Grace Kelly o James Stewart, además del naviero Onassis y María Callas.
Aficionado a la buena vida, estableció una forma de ocio dirigida a las clases altas, que sin embargo no estaba reñido con un trato directo con las clases más populares. De hecho consiguió conectar con todos los estamentos de la sociedad marbellí, donde era muy querido a pesar de haberse distanciado de la ciudad en los últimos tiempos. Era una persona inquieta y con muchas iniciativas y uno de sus últimos proyectos fue la creación de unas bodegas en Ronda.
Aunque siempre se ha ligado su nombre a la jet set, el insistía que esta no había existido nunca y que era un invento de la prensa. Como presidente de la Cooperativa de Promotores de la Costa del Sol impulsó, en los años 60, importantes proyectos de infraestructura como la presa de la Concepción, que abastece de agua potable a la Costa del Sol, la ampliación del aeropuerto de Málaga, el desdoblamiento de la carretera N-340 o la construcción del palacio de Congresos de Torremolinos.
Tras la llegada de Jesús Gil a la alcaldía de Marbella, Hohenlohe estableció su residencia en el Cortijo de las Monjas, de Ronda, donde cultivaba sus propias viñas. Fue uno de los pocos que criticó abiertamente la política urbanística de Gil y Gil. "Me cabreo cuando veo tanto desorden, tanta construcción, tanto tráfico", dijo en una entrevista hace tres años.
En 1955, tras un año de noviazgo, contrajo matrimonio en Venecia con la princesa Ira de Furstemberg, de la que se divorció cinco años después y con la que tuvo sus dos hijos varones: Cristopher (nacido en 1956) y Humbertus (nacido en 1958). Se casó de nuevo en 1970 con Jackie Lane. Fruto de este matrimonio, que concluyó en divorcio en el año 1985 después de varios de separación, es Arriana Teresa.
En 1980 estuvo unido sentimentalmente a la ex modelo fotográfica suiza Heidi Balzar, con la que, se dice, tuvo una hija llamada Desirée. En 1987 la pareja del príncipe Alfonso fue una periodista alemana llamada Hidelgarde Shwaininger, y en 1990 hizo público su compromiso con la británica Marilys Haynes, con la que se casó en 1991 y que falleció en extrañas circunstancias en 2000, año en el que al príncipe se le detectó el cáncer que acabó ayer con su vida.
La alcaldesa de Marbella, Marisol Yagüe ordenó ayer que las banaderas del Ayuntamiento ondeen a media asta en señal de luto y ha convocó un pleno extraordinario de homenaje para mediodía de hoy. Hasce dos meses el consistorio le nombró Hijo Adoptivo de la ciudad, y el pasado 12 de diciembre, el el consejo de ministros le concedió la Medalla de Oro al Mérito Turístico.
Alfonso de Hohenlohe será enterrado el próximo viernes en el cementerio de San Bernabé para que sus familiares, repartidos en distintos países del mundo, tengan tiempo de llegar a Marbella. Su cuerpo permanecerá hasta entonces en el tanatorio municipal. El día del entierro se inatalará la capilla ardiente en el Ayuntamiento que podrá ser visitada entra las 10.00 y las 17.00 horas.
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