El Ballet de Biarritz huye de la tradición con un nuevo 'Cascanueces'
El bailarín y coreógrafo Thierry Malandain se ha instalado en el Teatro de Madrid junto a su compañía, el Ballet de Biarritz, para interpretar El Cascanueces hasta el próximo 4 de enero. El público que asista al espectáculo no verá un gran elenco de personajes, ya que el artista ha querido huir de las producciones tradicionales. "Decidí montar este ballet sólo con 12 intérpretes, que son pocos para concebir una gran producción, pero suficientes para entrar en el mundo de Drosselmeyer -uno de los personajes- después de las 12 campanadas de medianoche", apunta el coreógrafo. El montaje respeta la trama, aunque se desvincula del estilo con el que siempre se ha interpretado: el lenguaje es más moderno y la escenografía gana en colorido.
Dentro del capítulo de danza, el Ballet Contemporáneo de Burgos interpreta el espectáculo Liberia en el centro cultural La Jaramilla, de Arganda, el próximo día 27 a las 20.00. Este montaje está concebido, según sus artífices, "con el objeto de dar una nueva visión de la danza hasta ahora inédita y mostrar todas las culturas que se dan cita en la obra". Y en el Teatro del Bosque, en Móstoles, hoy (a las 19.00) la coreógrafa Carmen Werner muestra el trabajo de la Compañía Provisional Danza a través de Piel, que ella misma dirige. "Habla del alma, de lo que llevamos dentro y de lo que debemos ocultar para seguir adelante", resume Werner.
Plegaria violenta
El teatro tampoco ha perdido el ritmo en estas fechas navideñas. Dentro del festival Mujeres en pie de guerra, La Casa Encendida alterna cada fin de semana con una compañía femenina distinta. Hoy (a las 20.30), las integrantes de AB Partage&Cultura interpretan Stabat Mater Furiosa, de Jean-Pierre Siméon, con música de Bruno Gillet. "Es un oratorio profano, una plegaria violenta y un conjuro con el que Antonia Bosco, su intérprete, exorciza el espíritu bélico de nuestro siglo", anuncian los organizadores del ciclo. Esta actriz y cantante pasa de la palabra cantada a la hablada, todo en francés con subtítulos en castellano y el acompañamiento de Anne-Sophie Boissenin al violonchelo y Stèphane Puc al acordeón. Bosco estrenó el montaje en París en el año 2000 y después lo ha llevado por toda Francia, Argelia y Marruecos.
La sala El Canto de la Cabra ha incluido Desiertos de arena y gente en su programa navideño, hasta el 11 de enero (de jueves a domingo, a las 21.00). Esta producción busca, según los integrantes de la compañía Depiéteatro, llegar a los sentidos del espectador a través de diversas texturas, luz y sugerentes olores. "Hemos querido hablar del instante, de esos que se quedan en la memoria a lo largo de la vida y en los que hemos sentido que el tiempo se paraba o dilataba infinitamente", adelantan los intérpretes.
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