Una gran capitana en el anonimato

La deportista que más veces ha sido internacional con una selección española, 260, apenas es conocida. Suma más partidos que Zubizarreta (126) y Epi (239), los referentes en el fútbol y el baloncesto, y supera en su modalidad, el balonmano, a Lorenzo Rico (245). Pero apenas la reconocen por la calle. Tiene en su palmarés todos los títulos nacionales y europeos que existen, entre ellos la Copa de Europa de 1997, ganada con su club desde hace 17 años, el Mar Valencia Osito L'Eliana. Fue nombrada mejor jugadora de la Liga en 1993 y 1994 y recibió en 1995 la medalla y la insignia de oro al mérito deportivo de la federación.

La pivote Cristina Gómez (Barcelona, 22 de marzo de 1968) es la capitana de España y de su club y una leyenda del balonmano femenino. "Incluso para mí es una referencia", cuenta Cristina Mayo, de 51 años, su entrenadora en El Osito. "Con 17 años ya era una superdotada por su fuerza, su inteligencia y su corazón", explica.

Gómez comenzó a jugar al balonmano con 14 años en el colegio Hospital Llobregat y por casualidad. Ella prefería el fútbol, "pero no había suficiente gente" y el padre de una amiga, empleado en la federación, les animó a probar este deporte. Cristina despuntó enseguida. Sus padres, un contable textil y una agente de seguros, la llevaban en coche a los entrenamientos. Con 18 años jugaba en El Rancho, ya en la División de Honor, y con 19 fichó por El Osito.

Mayo y Gómez todavía recuerdan el fichaje. "No se me olvidará nunca", cuenta la entrenadora; "estábamos en la habitación del hotel y yo hice el preámbulo: 'Hola, soy Cristina Mayo...' Empecé a hablar, me miró y me dijo: 'Me parece muy bien, pero ahórratelo. Voy a jugar en tu equipo'. ¡No me dejó hablar!". "Ni siquiera me dijo lo que iba a ganar. Era lo que quería. Me he criado y he madurado con ella", añade Gómez.

La catalana dejó su casa con 19 años y empezó otra vida. Con 22 sustituyó a Vicenta Cano como capitana de El Osito y ha ganado 14 Ligas y 10 Copas de la Reina, entre otros títulos. Con la selección debutó en octubre de 1986 ante Francia, es 260 veces internacional y ha marcado 860 goles, los últimos en el Mundial de Croacia, ganado ayer por Francia, por 32-29 en la final ante Hungría, y en el que España, quinta, logró plaza olímpica para Atenas 2004. "Me sigue gustando muchísimo el balonmano aunque cada vez me cuesta más entrenarme. Llevo dos años pensando en dejarlo porque tengo las rodillas cascadas", confiesa Cristina, que en 1989 estuvo cinco meses lesionada por la triada en la rodilla derecha.

"Es una luchadora. Tiene un don especial único en el mundo. Puede estar cayéndose, casi en paralelo al suelo, y tirar. Es una pasada", dice de ella Natalia Morskova, su compañera en El Osito, de 37 años, 12 en el equipo valenciano. Licenciada en Educación Física, aunque quería estudiar Matemáticas y Ciencias Exactas, Gómez ha pedido dos años de excedencia en su trabajo como profesora de gimnasia en un instituto para centrarse en el balonmano. Con 35, "la gran capitana", como la define Mayo, apura una carrera brillante que, sin embargo, pasa inadvertida para el gran público. "Sí que molesta la poca repercusión que tenemos", concluye Cristina; "es una pena".