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Entrevista:CARLOS BIANCHI | Entrenador del Boca Juniors | FÚTBOL | Copa Intercontinental: Milan-Boca Juniors

"Soy un técnico simple"

La ciudad de Buenos Aires le acaba de declarar Ciudadano Ilustre, como a su admirado Alfredo Di Stéfano. "¿Qué más?", se pregunta Carlos Bianchi. Ganó todos los títulos a los que un club de fútbol puede aspirar cuando regresó de Francia y se hizo cargo del modesto Vélez Sarsfield, con el que fue campeón como jugador y es, aún, el máximo goleador histórico. Repitió otra vez como entrenador con el Boca Juniors: cuatro Ligas, tres Copas de América y una Intercontinental. Hoy (11.15, hora peninsular española), frente al Milan. en Yokohama (Japón), el Boca disputa una nueva Intercontinental. Bianchi confiesa, sin embargo, que siente "más ganas de dejar de trabajar que de seguir". Y se explica: "Tengo 54 años, dos hijos, tres nietos... La vida es una sola... ¿Qué más?"

"Estoy más cerca de dejar de trabajar que de seguir: 54 años, tres nietos... La vida es una sola"
"Me gusta que mi equipo tenga características propias y juegue como yo quiero contra quien sea"
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Pregunta. Usted ha ganado todos los títulos pero el presidente de la Asociación de Fútbol de Argentina (AFA), Julio Grondona, se resiste a nombrarle seleccionador nacional. ¿No siente que esa decisión personalista y autoritaria le arruina el sueño que le falta por alcanzar?

Respuesta. No, no; de verdad... Le digo más, yo pienso que hoy estoy más cerca de dejar de trabajar que de seguir como entrenador.

P. ¿De dejarlo?

R. Sí, sí...

P. Pero, en una conversación anterior, usted decía que esperaba todavía tener una nueva oportunidad en Europa: en un club importante de España o tal vez de Inglaterra. O hasta en Brasil...

R. No, no; ya no... Tengo 54 años, dos hijos, tres nietos... La vida es una sola. ¿Qué más? Ya me he dado bastantes gustos. El ego ya lo alimenté mucho. Debe de estar tirado en un rincón... No es nada grave. Pero hay cosas del fútbol que saturan. No el juego, pero hay otras cosas alrededor... ¿Me comprende?

P. ¿Le molesta particularmente el traspaso constante de jugadores? Ahora se le llevan al Villarreal a Battaglia, a quién hizo debutar a los 17 años.

R. Lamento la partida del jugador y de la persona que es Sebastián. Era lógico que en algún momento se fuese. Pero me da pena que se vaya como se va, por dos millones y medio de dólares... A Ponzio, del Newell's, le vendieron por cinco y no había ganado ningún torneo. Sebastián ganó torneos de Liga, tres veces la Copa Libertadores, la Intercontinental... Yo no estoy de acuerdo con que se vaya así. Es una pena, para mi forma de ver, porque es un gran jugador.

P. Otra vez, a buscar sustituto. Siempre está rearmando el equipo. Cada vez parece ser más difícil.

R. Y bueno... Pero ése es el problema nuestro. ¡Qué le vamos a hacer! Aquí, en Argentina, tenemos que pensar en curarnos antes de lastimarnos.

P. Usted, como técnico de un equipo tan importante, se arriesga demasiado cuando trae a jugadores casi desconocidos en reemplazo de las figuras que se van. Se fue el delantero Delgado al Cruz Azul, de México, y recomendó al brasileño Iarley, de 29 años. Ya lo había hecho antes, cuando sugirió a Schiavi, defensa del Argentinos Juniors, para ocupar el lugar de Samuel, ahora en el Roma.

R. Pero no son futbolistas desconocidos para mí. A Iarley le vi jugar en el Paysandú siete, ocho partidos... Hizo una muy buena Copa Libertadores. Esto es como en todo. Hay artistas que se consagran tarde, a los 50 años, y hay otros que empiezan muy bien y no llegan a los 50. Iarley se adaptó rápido y tuvo partidos muy interesantes. Tal vez no tuvo regularidad en la eficacia. El último partido contra el River [Plate] le salió casi perfecto. Yo no sé si el Boca le va a comprar el pase. No es una decisión que se pueda tomar hoy. Faltan seis meses. Yo debo adaptarme a los jugadores que tengo y ver cómo está la situación en cada momento. Hay que ponerse a pensar que uno tiene que estar de acuerdo con el presupuesto de que dispone. El Boca, el curso pasado, se gastó seis millones de dólares y conmigo, en éste, 900.000. Iarley vino a préstamo por un año... Se me va Delgado y elijo a Iarley porque sé qué va aportar para el equipo, que va a jugar en una posición en la que puede rendir.

P. Otros entrenadores eligen a los consagrados para que no les echen las culpas si luego fracasan.

R. Le repito: el Boca, el curso pasado, se gastó seis millones de dólares y los resultados no fueron los esperados. Ahora no había esa suma para gastarla. Se la gastaron cuando yo no estaba... Yo no me veía diciéndole al club: 'Vamos a comprar un jugador de dos millones'.

P. Con esos presupuestos, cada vez se hace más difícil enfrentarse a potencias como el Milan cuando se juega todo en un solo partido.

R. Yo confío en el Boca. El Milan es un gran equipo, no lo vamos a descubrir ahora. A algunos de sus jugadores los sigo desde hace mucho. Shevchenko me gustaba desde que estaba en el Dinamo de Kiev. Una vez, jugando para el Dinamo, le hizo cuatro goles al Barcelona en el Camp Nou. Es uno de los mejores delanteros de Europa, es muy interesante...

P. ¿El mejor?

R. Bueno, no sé... También está Trezeguet, que no se cansa de hacer goles. Y está Vieri, que necesita continuidad. Y está también Raúl. Son varios...

P. ¿Este Milan es superior al Madrid al que el Boca derrotó en 2002?

R. Las comparaciones no se pueden hacer antes. Hay que esperar los partidos. Es como si me preguntaran ahora si este Milan es más fuerte que el de Fabio Capello, con el que me enfrenté con el Vélez en Japón y al que vencimos. Ese Milan venía de ganar por 4-0 al Barcelona de Johan Cruyff en la final de la Copa de Europa. Entonces, es difícil hacer comparaciones. Tampoco este Boca es el mismo que se enfrentó al Madrid... El Milan tiene muy buenos jugadores. No se puede destacar uno sobre otro. Algunos tienen una trayectoria incomparable, como la de Maldini... Si uno se fija en la trayectoria de Maldini, es increíble.

P. ¿Cómo explicaría el juego del Milan?

R. Es un equipo realista. Bien parado tácticamente en el campo. Es difícil entrarle cuando se defiende. Y, cuando ataca, tiene jugadores creativos, como Rui Costa, y desequilibrantes, como Kaká, Inzaghi, Sevhchenko...

P. El Boca debe renovar cada año su base, pero mantiene su ambición y sigue ganando títulos. ¿Cuál es el secreto de sus equipos?

R. Yo creo que soy un entrenador simple. No complico las cosas. Jugué al fútbol antes que ellos y trato de no complicar la vida al jugador. Sólo le pido que cumpla con lo que le explico, que no es nada que no pueda hacer. El sistema de juego lo hago yo. La personalidad del equipo la doy yo. Yo creo que cualquiera que vea jugar a mi equipo se da cuenta enseguida de que lo dirijo yo. Mis equipos tienen características puntuales. Los marcadores de punta salen constantemente. Ahora, con volantes que tal vez no tienen una gran creatividad porque el equipo tiene otras necesidades. Pero el Boca tuvo un centro del campo con el colombiano Serna, Basualdo y Cagna que era muy bueno. También en el Vélez tuve a Gómez, Basualdo y Bassedas: muy bueno. Yo me atengo a los jugadores con los que cuento y a las necesidades del equipo en cada momento.

P. ¿No es de los que planifican partido por partido?

R. No, no... Tampoco según el adversario. A mí me gusta que el equipo tenga determinadas características y juegue como yo quiero contra quien sea. Quiero que se parezca a lo que yo era como jugador. Por eso les digo siempre: 'Yo puedo aceptar cualquier cosa, que jueguen bien o mal, que sean un desastre; pero nunca les voy a aceptar que no dejen todo dentro de un campo de juego'. Ellos comprenden muy bien que, si no lo dan todo, conmigo están en falta. Eso es lo que yo llamó la actitud. Usted puede jugar bien o mal, pero el equipo dentro del campo de juego tiene que tener una actitud positiva, tiene que ir a buscar el partido aunque se presente un día en que no esté jugando bien o que el adversario lo supere, porque eso puede pasar. Pero en el campo hay que intentar por todos los medios jugar el partido de igual a igual.

P. ¿Debe el equipo transmitir la personalidad del entrenador?

R. Cada uno piensa como quiere... Yo, una vez, escuché decir a un entrenador italiano que estaba tranquilo cuando su equipo no tenía la pelota. ¿Cómo? Yo quiero tener la pelota los 90 minutos si es posible. Ahí estoy tranquilo. Si la tengo yo, el rival no juega, no me puede hacer ningún gol.

SCIAMMARELLA

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