Misteriosos cuentos en la nieve
En la película Fargo, de los hermanos Coen, los crímenes ocurren en medio de un paisaje nevado. Cualquiera diría que en los mismos paisajes donde ocurren las historias encerradas en bolas de cristal creadas por Walter Martin (Norfolk, Virginia, 1953) y Paloma Muñoz (Madrid, 1965), esos pequeños objetos de fetichista, que normalmente se agitan para poner en mágica suspensión una ventisca helada, pierden en las manos de estos artistas toda su inocencia. Han imitado incluso la candidez de las figurillas, sólo que la presentan en situaciones inexplicadas y extremas. Son trabajos de evidente voluntad narrativa, capaces de provocar preguntas en el espectador y disparar de inmediato su capacidad de fabulación. Martin y Muñoz presentaron ya en Arco 2003 el primer repertorio de sus bolas de cristal. Lo que exhiben ahora en la galería madrileña son fotografías ampliadas -en ocasiones montadas en cajas de luz- de esas escenas mínimas encerradas en la nieve. Atraídos por el encanto inocente de estos juguetes, el espectador se encuentra al acercarse con unas personas que huyen sin abrigo con sus maletas a través de la nieve. También hay unos individuos a punto de descerrajarle un tiro en la nuca a un hombre, unos policías armados que rodean a un grupo de personas desarmadas, una pareja peleando (o bailando) en medio de un cementerio, un coche casi sepultado por la nieve, un viajante. Son siempre escenas desoladas de una cierta perversidad.
WALTER MARTIN Y PALOMA MUÑOZ
'Travelers'
Galería Moriarty
Almirante, 5. Madrid
Hasta el 16 de diciembre
Martin y Muñoz, residentes desde hace años en Estados Unidos, son unos artistas que juegan con sutileza e inteligencia a despertar sueños inquietantes. Como en la escena final de Ciudadano Kane, dejan caer la bola de cristal de la mano de un muerto para encontrar el lugar donde se juntan la inocencia infantil con el miedo.
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