El esperado profesor 'Pepe' Sánchez

El verdadero nombre de Pepe Sánchez, el baloncestista argentino fichado por el Etosa Alicante, no es Pepe. Es Juan Ignacio. ¿Y lo de Pepe? Pepe Sánchez era el protagonista de una historieta de humor publicada en su país hace varios años y que ya no existe, un detective que siempre se metía en problemas. Juan Ignacio se parecía tanto al personaje de los dibujos que se quedó con el apodo de Pepe desde pequeño. Y le ha acompañado en su carrera por su selección nacional, cuatro equipos de la NBA, el Panathinaikos y, ahora, el colista de la Liga ACB.

Sánchez (Bahía Blanca, 8 de mayo de 1977) es un viajero en el mundo del basket. Hijo de un ingeniero eléctronico y de una profesora de inglés, inició su carrera en el Deportivo Roca y el Estudiantes de Bahía Blanca y con 19 años se marchó a estudiar a la Universidad de Temple, en Estados Unidos. Hoy es profesor de Historia, cargo que no ha ejercido profesionalmente -se especializó en Historia de Latinoamérica, Historia del Arte e Historia Universal- y el primer argentino que debutó en la NBA. Fue el 31 de octubre de 2000, con el Filadelfia y ante el Nueva York. En marzo siguiente fue cedido al Atlanta, en el que apenas jugó un mes. Pasó luego por el Panathinaikos, con el que ganó la Euroliga de 2002.

El Alicante le puso el lazo antes del Campeonato del Mundo de Indianápolis, pero su gran torneo llamó la atención del Detroit. Sánchez fue titular en los nueve partidos de Argentina, por delante de Montecchia, del Pamesa, y Victoriano, del Madrid, y se proclamó subcampeón mundial.

Los Pistons le ofrecieron un gran contrato y Joe Dumas, su director general, le confirmó que sería el segundo base. Pero tampoco fue así. Y esta campaña recaló en el Golden State, en el que tuvo a Van Exel y Claxton por delante. Más banquillo. Sus mejores números en la NBA no superaban las seis asistencias y los cuatro puntos en un partido. Así que acabó forzando la rescisión de su contrato. "Al menos, he plantado la semilla para otras temporadas", cuenta.

Durante los dos últimos meses se ha entrenado en Bahía Blanca, a la espera de una oferta. Le llegó del San Antonio y "de la mitad de equipos de la ACB", entre ellos el Madrid, su rival ayer (90-57). Pero el Etosa, club con el que había firmado un acuerdo en 2002 y que tenía sus derechos para Europa, se volcó para traerle a Alicante. "Yo quería jugar muchos minutos y el Etosa había sido ya antes una opción. Vengo a la mejor Liga de Europa", comenta. Ayer jugó 36 minutos en su debut, ante el Madrid. Sumó ocho puntos, cuatro rebotes y cuatro asistencias, pero no pudo evitar otra derrota de su equipo.

Sánchez es un base alto (1,93 metros), un excelente defensor y un líder en la cancha. Ha sido 41 veces internacional. "La defensa y el liderazgo son mis virtudes. Si me fallan, ya me puedo retirar", afirma. "Juega y hace jugar. Tiene un gran tiro de tres puntos, faceta en la que ha mejorado mucho [aunque ayer convirtió sólo dos de once intentos]", añade su compatriota Victoriano. "Alguien como él es lo mejor para un equipo en crisis", comenta Luis Scola, jugador del Tau Vitoria y compañero suyo en Indianápolis. Su entrenador en el Mundial, Rubén Magnano, también se deshace en elogios: "Es un estratega. Siente placer por pasar el balón, potencia el juego entre los compañeros y prima la defensa. Le gusta pasar rápido al ataque y descargar pronto el balón. Es un hacedor del juego. Eso le fascina. No entiendo por qué no ha triunfado en la NBA".

Hundido en la tabla, el Etosa ha recibido a Sánchez como su salvador y el argentino ha cumplido su pacto con Alicante. "Tengo un buen presentimiento con esta ciudad. Nuestro destino estaba marcado", dice.

Enamorado de los museos, del cine y de la lectura, tenía en Estados Unidos un profesor particular de guitarra y no comulga demasiado con los ordenadores. Es hincha del Racing de Avellaneda, colabora en campañas benéficas y, cuando acabe su carrera en las canchas, pretende estudiar Psicología infantil. Quizá entonces le llamen, por fin, profesor Sánchez.