Un grupo de treintañeras en crisis protagoniza la comedia 'L'últim cigarro' en el teatro Principal
Una sitcom (comedia de situación, en lenguaje televisivo) trasladada al escenario de un teatro. Así define el espectáculo L'últim cigarro la compañía que lo ha creado y que comparte su nombre con el montaje. La pieza, que se estrenó hace algunas semanas en Girona dentro del festival Temporada Alta, está protagonizada por un grupo de treintañeras en crisis: los años pasan y no son capaces de responder a las expectativas que la sociedad proyecta sobre ellas. La obra ha sido escrita por Daniela Feixas, una de las actrices protagonistas, y dirigida por Jacob Torres. Gavina Sastre, Susana Garachana, Marta Domingo y Mònica Glaenzel completan el reparto del espectáculo, que se estrena en el teatro Principal de Barcelona mañana tras una semana de funciones previas.
L'últim cigarro es, según sus responsables, el fruto de muchas complicidades que nace con el deseo de Feixas de escribir una obra para un grupo concreto de actrices; "y con la intención de hablar de unos temas que nos motivarán a todas". El equipo técnico está integrado por amigos de las actrices que han ido sumándose al espectáculo seducidos por su carácter de proyecto personal al margen de encargos. Los paralelismos con el lenguaje de las sitcom obedecen a que, como explica la autora, "hemos visto más películas y series de televisión que teatro". "Éste es un género que no suele hacerse en teatro", añade Susana Garachana.
Toda la acción sucede durante una sola noche, la del cumpleaños de tres de las protagonistas. Son amigas y, aunque habían decidido no celebrar juntas su trigésimo aniversario, poco a poco irán apareciendo en el piso de una de ellas, y la suma de alcohol y drogas hará aflorar sus frustraciones más íntimas. Cuestiones relacionadas con la maternidad (ser madre más allá de los 30, no sentir instinto maternal), el éxito económico, el triunfo social (la "dictadura de la juventud, la belleza, el éxito, la inteligencia", explica la autora) van emergiendo en unas conversaciones plagadas de acidez y desprecio. En un mundo cada vez más individualista, las amigas lo son por su incapacidad para estar solas; se detestan, pero a la vez se necesitan. Los 90 minutos del espectáculo transcurren en el interior del piso donde las mujeres coinciden, un espacio que el actor Lluís X. Villanueva, responsable de la escenografía, ha concebido como un set de televisión. "Es más un decorado que una escenografía", matiza. Y recupera la idea de que, a pesar de la seriedad de los temas, toda la obra está construida en clave de comedia, con personajes estereotipados -"la devorahombres, la dura, la aniñada...", explica Feixas- y situaciones muy absurdas.
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