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COPA DEL AMÉRICA

Valencia, capital mundial de la vela

La organización de la Copa del América confía en que la regata genere 10.000 empleos y un impacto de 1.500 millones - Balcón al Mar, AVE y Parque Central esperan las inversiones

Sara Velert

Valencia será la capital mundial de la vela. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, se fundieron emocionados en un abrazo cuando resonó ayer en el Salón de Cristal del Ayuntamiento el nombre de Valencia, que será sede de la Copa del América de 2007. Los cerca de 300 invitados que asistieron en directo al anuncio retransmitido desde Ginebra (Suiza) saltaron y gritaron de alegría junto a ellos. "Valencia, y con ella España, han ganado", dijo exultante Barberá, que destacó el apoyo de la Casa Real, el Gobierno central y la Generalitat, y prometió "la mejor Copa de la historia". Varias cabalgatas difundieron por la ciudad una celebración que culminó anoche con fuegos artificiales en la plaza del Ayuntamiento.

Valencia ya es sede de la prestigiosa Copa del América, cuyas regatas se extenderán hasta 2007. La alcaldesa tenía ayer la designación de Valencia en el bolsillo tras meses de negociaciones con el equipo suizo, según todos los pronósticos, pero hasta las 11.50 no pudo dar rienda suelta a la emoción. Por si acaso, se enfundó un traje de su color de la suerte, el rojo, y lucía "como desde hace 10 días" un broche en forma de barco de vela. Numerosos políticos, empresarios, deportistas y gente de la cultura acudieron al Ayuntamiento para asistir en directo a la designación de la sede de la Copa a través de dos pantallas de televisión que sintonizaron con Canal 9. La temperatura en la sala subía grados a medida que se acercaba la hora del acto programado por America's Cup Management (ACM), propietaria de los derechos de la competición, para anunciar su decisión. "¡Llama a Canal 9, que son las once y media", reclamó Barberá a un asesor cuando vio que la televisión autonómica tardaba en conectar con Ginebra. Fue el momento de buscar sitio en primera fila junto a los protagonistas del día, la alcaldesa y el presidente de la Generalitat, Francisco Camps.

Y por fin, a las 11.45, se vio el salón de actos del hotel President Wilson de Ginebra, y a la delegación valenciana. Barberá aplaudió en cuanto vio a José Salinas, uno de los principales responsables de la negociación con ACM y director general del consorcio creado por el Gobierno central, la Generalitat y el Ayuntamiento para gestionar la Copa, y al concejal de Deportes, Cristóbal Grau. Con cara seria, Barberá y Camps escucharon cogidos de la mano al presidente de ACM, Michel Bonnefous, quien alabó la calidad de las candidaturas de Lisboa, Marsella, Nápoles y Valencia, las posibles sedes entre una selección que comenzó con 60 ciudades. Desfilaron por la pantalla imágenes de las candidatas, hasta que Canal 9 dio paso a la periodista enviada al acto. Las fotografías de Valencia apenas se apreciaron. El presidente de la sociedad náutica de Ginebra, Pierre-Ives Firmerich, se acercó al micrófono para decir que tenía "el placer" de anunciar que la ciudad designada era... Los asistentes contuvieron la respiración, pero Firmerich, para desesperación de Barberá, repitió la frase en francés. El final, "¡Valence!", apenas se oyó. La alegría se desbordó, y Barberá y Camps comenzaron a repartir abrazos. "El mundo va a venir a Valencia", exclamó la alcaldesa. "Hoy es un día histórico", dijo Camps, quien reivindicó la "lealtad" de todas las administraciones para desarrollar "un mismo proyecto".

Y mientras se sucedían las felicitaciones y los discursos, con el ruido de carcasas de fondo, por la ciudad comenzaron a desfilar cabalgatas para explicar la Copa del América y anunciar la celebración de la noche en la plaza del Ayuntamiento, donde se preparó un recibimiento con fuegos artificiales a la delegación suiza llegada desde Ginebra, que entregó a Barberá el trofeo de la Copa del América para exhibirlo en Valencia hasta 2007. Unas 3.000 personas saludaron a los representantes suizos ante el Ayuntamiento, donde se instaló una pantalla gigante para rememorar las imágenes de la euforia de políticos, empresarios y deportistas, que chocó con la escasa repercusión y conocimiento del evento entre el resto de ciudadanos.

La importancia de la designación de Valencia concitó una unanimidad pocas veces vista entre partidos políticos y empresarios, que destacaron la oportunidad de impulsar infraestructuras pendientes como el AVE, el turismo, la creación de empleo y la difusión de la imagen de la Comunidad Valenciana y Valencia, que organizará su primera gran cita internacional tras ver pasar de largo los Juegos Olímpicos de Barcelona, la Expo de Sevilla o la capitalidad cultural europea.

El día de Barberá y Camps

Ni en el acto ni en los discursos. La figura del ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, sólo se coló en el Salón de Cristal del Ayuntamiento de Valencia a través de las imágenes de Canal 9, mientras el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que apenas se separaron ayer, daban la espalda a la pantalla gigante y brindaban con agua de Valencia por la designación de la ciudad como sede del acontecimiento deportivo. Ayer fue el día de Rita Barberá y Francisco Camps, quienes exteriorizaron una alianza indivisible, primero cogidos de la mano en el momento de máxima expectación y luego, ya adjudicada la sede a Valencia, fundidos en un intenso abrazo de inequívoca significación política. El de ayer, no siendo un acontecimiento cualquiera, fue el primer acto relevante en el que no compareció el ex presidente de la Generalitat. Sin embargo, sí que estuvieron presentes otros miembros del Gobierno, como el ministro de Economía, Rodrigo Rato, o el de Ciencia y Tecnología, Juan Costa, quienes se sumaron a la recepción y celebración de la tarde. El entorno de Zaplana justificó ayer su ausencia en que el ministro no había sido invitado desde el Ayuntamiento de Valencia.

Camps calificó el acontecimiento como "el proyecto de la legislatura" y afirmó que "sin ninguna duda" será un impulso para su presidencia. El presidente y la alcaldesa reforzaron su imagen de unidad en una comida en el Palau de la Generalitat junto a Exceltur, un grupo de presión que supone el 6% del PIB español.

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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