Ignorar la muerte

De un tiempo a este parte, se producen dramas a nuestro alrededor que cada vez pasan más desapercibidos a ojos de la prensa nacional, aunque si nos referimos, especialmente, a las víctimas mortales de los accidentes de tráfico durante los fines de semana, la situación pasa a ser preocupante. Y es que parece que cifras de entre 20 y 35 muertos en la carretera se han asumido como una noticia rutinaria que ya no provoca ningún tipo de reacción, da la sensación de que es algo tan normal como salir a pasear un domingo por nuestra ciudad.

Las cifras van en aumento y causa pavor pensar en la cantidad de familias destrozadas, en las viudas, huérfanos, y, sobre todo, el tremendo vacío que dejan. Sin embargo, parece que se apuesta por la indiferencia e insensibilización a la hora de abordar esta cuestión, como si el hecho de tener un accidente de tráfico formara parte de nuestro destino y como punto intermedio de nuestro encuentro con la muerte. Es más, me pregunto a qué viene tanta campaña publicitaria de la DGT si ni siquiera los grandes medios de comunicación apenas se hacen eco de un hecho que es primera causa de mortandad, especialmente entre los más jóvenes e inexpertos conductores. En definitiva, hay que tener más sensibilidad y cordura en este asunto, pues la vida es muy importante como para que sus principales valores tengan que ser tratados de puntillas, como si no hubiera nada más importante.