"Con el fútbol no se piensa y con la ciencia hay que esforzarse un poco más"
Peter Atkins, catedrático de Química de la Universidad de Oxford, está convencido de que los conceptos científicos más abstractos pueden ser explicados al público en general. Tampoco duda de que los científicos conseguirán algún día resolver todos los interrogantes, lo que no implica, en su opinión, que se queden sin trabajo. Porque la ciencia, dice, es "semi-infinita". Todas estas ideas están plasmadas en El Dedo de Galileo, las Diez Grandes Ideas de la Ciencia, una de las obras de no-ficción más vendidas en el Reino Unido y que Espasa ha editado en castellano. Atkins selecciona y explica en su libro las ideas científicas que considera más "iluminadoras" para la humanidad, no necesariamente las de mayores consecuencias prácticas.
"La ciencia se está haciendo cada vez más abstracta"
"El público debe saber que la respuesta científica incluye un margen de error"
Pregunta. Usted incluye la simetría entre sus diez ideas favoritas. ¿Por qué?
Respuesta. La simetría es clave para descubrir la verdad sobre el mundo. Los físicos están buscando la unificación de las fuerzas, y la herramienta que usan para ello es la simetría. Para entender qué es la simetría, piense en un cuadrado; es imposible, obviamente, convertir un cuadrado en un hexágono, por muchas vueltas que se le dé. Pues cuando se descubrieron la electricidad y el magnetismo, una era como un cuadrado y el otro como un hexágono, pero llegó Maxwell y dijo: si miras un cubo de frente parece un cuadrado, pero en diagonal parece un hexágono. La electricidad y el magnetismo son así, si descubres la simetría subyacente son la misma fuerza, puedes convertir una en la otra. Hoy se dedica mucho esfuerzo a unificar las fuerzas, de forma que cuando rotas el cubo en un caso ves la electricidad, en otro el magnetismo, en otra la fuerza débil, en otra la fuerza nuclear y en otra la gravitación. Es una sola fuerza que nos parece diferente porque la estamos viendo desde distintos puntos de vista. En el fondo hay una profunda simetría.
P. ¿Cómo explicar al público conceptos tan abstractos?
R. La ciencia se está haciendo cada vez más abstracta, y por tanto cada vez más difícil de explicar. Los científicos debemos encontrar la forma de transformar lo abstracto en lo concreto.
P. ¿No son a veces las propias analogías las que enturbian la comprensión? Por ejemplo, decir que el universo es plano, o que tiene la forma de un balón de fútbol...
R. Se parte de la base de que todo eso es mentira, que lo único cierto son las matemáticas subyacentes. Pero hay que llevar al público a un terreno en el que al menos pueda medio entender, y tener una idea de qué tratan de hacer los científicos. Lo que es imprescindible es que ambas partes, el que explica y el que escucha, sean pacientes, porque las ideas son abstractas y complicadas tanto de explicar como de entender.
P. ¿Es la falta de reflexión la causa de la escasa cultura científica en la sociedad actual?
R. Sí, porque estas cosas son difíciles, no es como ver el fútbol. Con el fútbol no se piensa, basta ver. La ciencia en cambio está por debajo de las apariencias, hay que esforzarse un poco más. El premio es la capacidad de comprender el mundo que te proporciona.
P. ¿Es usted pesimista u optimista respecto a la disposición de la gente a hacer ese esfuerzo?
R. Soy pesimista pero no desespero. Por ejemplo, trato de trabajar con la televisión. El problema es que la televisión comercial cree que su audiencia quiere sólo entretenimiento, pero yo creo que la gente sí demanda ayuda para entender cosas relacionadas con la ciencia que afectan su vida cotidiana. El objetivo debería ser llegar al 80% que no sabe de ciencia.
P. Usted afirma que se llegará a descubrir el origen del universo. ¿No se quedarán los físicos vacíos de preguntas cuando eso ocurra?
R. Para mí la ciencia es semi-infinita. Es finita en el sentido del número de cosas que podemos descubrir, es decir, llegará un momento en que sintamos que no hay nada más que hacer. Pero es infinita en otra dirección: las consecuencias de nuestro conocimiento. Por eso siempre habrá trabajo para los científicos.
P. ¿Cree que los científicos deberían implicarse más en las consecuencias sociales de su trabajo?
R. Por supuesto, si tienes poder infinito debes tener responsabilidad infinita. También creo que los científicos pueden aportar racionalidad a las discusiones políticas o teológicas. Por otra parte, el público no debería esperar que los científicos tuvieran todas las respuestas, porque hay dudas sobre muchas cosas. Hay dudas sobre los cultivos transgénicos, y a la hora de valorar el calentamiento global o los riesgos ambientales, por ejemplo. El público debe entender que los científicos responden con el mayor grado de certeza posible, y que es posible que su respuesta incluya un margen de error.
P. De las ideas que ha seleccionado, ¿cuál tendrá más consecuencias prácticas en el futuro?
R. Me he limitado deliberadamente a ideas que considero iluminadoras, pero, aparte de eso, creo que el descubrimiento con consecuencias más importantes es el ADN y el código genético. La descodificación del genoma humano tendrá consecuencias impresionantes, ha convertido a la biología en una verdadera ciencia. Nos da una perspectiva racional de lo que es la herencia, la longevidad, la enfermedad...
P. Algunos vaticinan que el haber desvelado el genoma humano llevará a generar niños mejorados genéticamente, con las consecuencias sociales que eso implica...
R. Es probable que ocurra, sí, aunque no digo que me parezca bien. Hay que tener en cuenta que la valoración de estas cosas depende del contexto cultural en que se pregunten. Alterar la línea germinal nos puede parecer ahora repugnante y peligroso, pero dentro de un siglo tal vez no lo sea.
P. ¿Qué gran idea necesita aún la humanidad?
R. La unificación de la mecánica cuántica y la gravedad: la gravitación cuántica.
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