Entre el latido africano de Youssou N'Dour y el pop británico de Suede
Al ciclo Emociona!!!Jazz se añade esta semana la guitarra flamenca de Cañizares o la veteranía de Chick Corea, al tiempo que, ajeno a él, se vive con intensidad el latido africano de Youssou N'Dour y se recuerdan tiempos mejores del brit-pop con Suede. Julio Bustamante aterriza en Madrid con su reciente Con tal de volar. Pla sigue con su tanda de canciones de amor y droga, y Ruibal estrena Sáhara, el disco de recopilación que ha editado para el público europeo.
- Independencia itinerante. Por segundo año consecutivo se pone en marcha el Wintercase San Miguel, un festival de música independiente concebido para el invierno que recorre varias ciudades españolas. Esta semana en Madrid, Suede es su estrella principal, pero a su lado no desmerecen Electric Six o la aportación española de Astrud o Jet Lag. A Suede le tocó vivir, mediados los noventa, los años de gloria del brit-pop. Su apuesta resultaba más glamorosa que la de unos Oasis o Blur, estrellas del movimiento, lo que les acarreó críticas, enemigos y fama de pretenciosos. Tras unos años de problemas internos, el año pasado Brett Anderson, su líder y cantante de voz inconfundible seguidor de la escuela Bowie, reactivó la banda con A new Morning, el disco que servirá de base de su concierto, aunque también se espera un repaso de sus grandes canciones contenidas en discos como Coming up, Suede o Dog man star, de su época gloriosa. De Detroit llegan Electric Six, un revoltijo sonoro que mezcla la suciedad del garaje y el punk con la electrónica disco y el metal.
Punkarras resultan también The Dictators, el veterano combo neoyorquino asiduo a los escenarios españoles, donde suele ofrecer intensos conciertos llenos de fogosidad y energía. Les acompañan Barracudas, otra banda mítica de los años de la nueva ola. Ajenos a lamentos nostálgicos, Patacho, que pertenecía a Glutamato Yeyé o Ñete, batería de Nacha Pop, fueron también, a su modo, estrellas de la nueva ola española. Ambos se han juntado con el norteamericano Paul Collins, legendario cantante de The Beat que regenta una coctelería en Madrid, para formar Why y dedicarse al más energético power-pop.
Con otra forma de entender el ruido, pero también con vitalismo, el rock se hace estruendo y decibelio con Narco, Bonfire o Helloween. No hay sutileza en ninguna de las músicas de estas tres bandas, aunque cada una se plantee la música desde distintos puntos de partida.
- De África a Brasil. El senegalés Youssou N'Dour eleva su música a favor de la Unicef, que le considera embajador de buena voluntad. La influencia de este artista en toda la música africana y europea ha sido vital desde hace más de dos décadas, antes incluso de que fuera descubierto por Peter Gabriel y le convirtiera en una de las estrellas de su sello de músicas étnicas. El otro lado de la sensibilidad lo pone Marcos Valle, uno de los artistas actuales del Brasil musical, que con su novedosa visión de la bossa y la samba se sitúa casi en la división ocupada por los grandes de su país como Gilberto Gil o Caetano Veloso.
- Sentimiento de jazz: el piano de Chick Corea vuelve a servir emoción al jazz, un género que vive su época otoñal de esplendor con tanto festival. Lo exponen con generosidad el italiano, y también pianista, Enrico Pieranunzi; el saxo y clarinete del británico John Surman; la joven cantante americana Lizz Wright y la vietnamita Huong Thanh; la guitarra portuguesa de Manuel D'Oliveira y la flamenca de Cañizares acompañada por la trompeta de Enrico Rava y el contrabajo de Miroslav Vitous. El género se agranda también, aunque fuera del Emociona!!!Jazz, con el vibrafonista Dave Samuels y el saxofonista James Carter.
- Actitud y canciones. Iconoclasta y con fama de transgresor, el catalán Albert Pla continúa con ese mes bestial que le va a tener hasta el día 30 en el Alfil. Sobre su escenario, Pla se mueve a sus anchas y desgrana sin tapujos su reciente disco Canços d'amor i droga, que él ha musicado con poemas de Pepe Sales. Hay actitud también en Julio Bustamante, aunque con una visión totalmente distinta. Las canciones de este veterano artista valenciano son bellos compendios de arte pop, con historias sencillas de melodía fácil y texto ingenuo. Increíble de explicar esa actitud tan de amateur que le hace entender la música como un proceso de artesanía cuando ya lleva casi 30 años de carrera.
En la misma batalla se encuentra Javier Ruibal, aunque sea mirando los ritmos del norte de África, el sur andaluz o el Caribe. Poeta, compositor y cantante del alta escuela, Ruibal ve recompensados sus años de trabajo y creación con el aplauso que recibe fuera de España, donde parece que también se le entiende bien. Su inclusión en festivales internacionales de músicas del mundo ha conseguido que sellos europeos se interesen por su obra.
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