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Reportaje:MASTERS DE TENIS

Ferrero arranca mal

Las mejores raquetas del planeta empezaron a ventilar quién será el rey del tenis mundial ayer en Club Westside de Houston. Y el primer palo se lo ha llevado Juan Carlos Ferrero, el número dos mundial. El valenciano cayó en su estreno ante el argentino David Nalbandián, que le borró de la pista (6-1 y 6-3). Con ser grave la derrota, tampoco resulta determinante. El diseño del torneo, en el que los ocho participantes están divididos en dos grupos, da margen a la recuperación. En el grupo azul, el de Ferrero están, además de Nabaldián, el suizo Roger Federer y el norteamericano André Agassi.

El Masters, que reparte 3,2 millones de euros en premios, 1,3 de ellos para quien lo gane, decidirá la jerarquía final en la Carrera de Campeones de la Asociación de Tenistas Profesionales. El estadounidense Andy Roddick se ha presentado en Houston como número uno de la clasificación, con 867 puntos, sólo 26 más que Ferrero, que aún guarda posibilidades de convertirse en el primer español que concluye una temporada en el trono mundial. Pero, para ello, debe ganar el Masters. Y mal ha empezado.

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También el suizo Roger Federer posee una posibilidad de alzarse con el liderato mundial, pero le separan 142 puntos de Roddick, por lo que necesita que el estadounidense pierda todos los partidos de la ronda de clasificación y que Ferrero no gane más de uno. El Masters otorga 150 puntos a quien sea capaz de ganarlo sin perder un solo partido. Cada victoria en la primera vuelta está premiada con 20 puntos. La clasificación para la fase final está retribuida con 40 puntos y la victoria final, con 50.

El número uno mundial de 2002, el australiano Lleyton Hewitt no ha podido clasificarse en esta ocasión para disputar el Masters. En Houston, en cambio, competirá Carlos Moyà, séptimo en la clasificación mundial. Lo hará encuadrado en el grupo rojo junto a Roddick, el argentino Guillermo Coria y el alemán Rainer Schüettler.

Antes de dar inicio la competición se produjo una primera controversia debido a las características de la pista, la primera descubierta en que se juega un Masters desde la edición de 1974 en Melbourne. Agassi y Roddick, amigos íntimos del dueño del Club Westside, el millonario Jim McIngvale, dijeron que la instalación, con una capacidad para 7.500 espectadores, y la superficie de la pista son "perfectas".

No opinó lo mismo Federer. "La superficie está un poco inclinada y da una sensación extraña, también tiene como una especie de ondulaciones que hace que la pelota bote irregularmente y no te permite estar cómodo", explicó el jugador suizo. El actual campeón de Wimbledon también fue categórico cuando dijo que un torneo al que llegan los ocho mejores tenistas del mundo debía tener otro escenario mayor. "No soy el que tengo que tomar ese tipo de decisiones, pero tampoco me voy a callar con algo que considero que no me gusta ni me siento cómodo", señaló Federer. El mismo tipo de reclamación hizo Schuettler: "La mejor definición que podemos hacer de la pista es que no es muy buena".

Final Mauresmo-Clijsters

En Los Ángeles, la final del Masters femenino la disputarán la francesa Amelie Mauresmo y la belga Kim Clijsters. Mauresmo venció a la número uno mundial Justine Henin-Hardenne por 7-6 (7-2), 3-6 y 6-3. Clijsters derrotó a la estadounidense Jennifer Capriati (USA) 4-6, 6-3 y 6-0.

En dobles, la pareja formada por la española Virginia Ruano y la argentina Paola Suárez disputará la final tras vencer a la rusa a la rusa Svetlana Kuznetsova y a la estadounidense Martina Navratilova, de 47 años, por 6-4, 6-4. Clijsters y la japonesa Sugiyama serán sus rivales.

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