Rajoy sobrevuela las polémicas
Mucha gente en el Partido Popular mira estos días a José María Aznar esperando que les dé una señal de por dónde ir en las polémicas internas que se han abierto en las últimas semanas y sobre todo en la discusión entre Jaime Mayor Oreja y Josep Piqué, apoyado por un amplio sector del PP tanto liberal como clásico, respecto a las elecciones catalanas.
Mayor Oreja exige coherencia y que el PP deje claro que quiere, busca y desea que los nacionalistas catalanes salgan del gobierno autonómico que controlan desde hace más de 25 años. Más todavía si CiU pretende conservar el poder en alianza con ERC, una formación que Jaime Mayor siempre ha atacado con dureza.
Piqué representa, por el contrario, a quienes piensan que sería mejor que CiU continúe en el poder para dejar abierta una posible colaboración con el PP en el Parlamento catalán y en el Parlamento español.
El secretario general tendrá que ser "más tajante y menos tangente" en muchos de los temas que empiezan a ser objeto de discusión interna en el PP
"Ésa es una discusión mucho más importante que la que gira en torno a Alberto Ruiz-Gallardón y su subida de impuestos", asegura un dirigente provincial del PP, que admite sentirse incómodo, "algo huérfano", sin la dirección de Aznar. ¿No basta con la de Mariano Rajoy? Bueno, Rajoy todavía no ha tomado las riendas del partido, y desde luego, dice, en este caso "no está siendo tan claro como muchos desearíamos".
El incipiente desconcierto de una parte del PP y los comentarios de algunas personas próximas a Mayor en el sentido de que Rajoy tendrá que ser "más tajante y menos tangente" han hecho sonar algunas alarmas, hasta el punto de que, a falta de Aznar, en viaje europeo, fue el vicepresidente Javier Arenas quien hizo esta semana un llamamiento al orden para que todo el partido "se reagrupara en torno al candidato".
"El tema del País Vasco afecta a casi todos los capítulos de la política nacional", admite un diputado del PP que suele participar en las discusiones internas de su partido sobre la estrategia a seguir.
Mayor Oreja ha anunciado ya a su círculo más íntimo que no piensa encabezar la lista popular en las próximas elecciones vascas, pero eso no quiere decir que esté dispuesto a abandonar su influencia, decisiva, en ese tema. Muchos creen, por el contrario, que aspira a controlar el proceso desde Madrid, al lado de Mariano Rajoy.
La doctrina del PP respecto al País Vasco, formulada y defendida por Mayor Oreja, sigue pasando por la derrota electoral del PNV y la formación de un gobierno autonómico no nacionalista integrado en coalición por PP y PSE. En ese sentido, un gobierno catalán sin CiU sería un buen precedente y la prueba de que un president no nacionalista no supone un peligro para la lengua o la cultura de una comunidad histórica.
Ese escenario es, sin embargo, completamente contrario a los intereses de Piqué. "No es extraño que esté irritado y que haya exigido que se le deje dirigir su propia campaña sin interferencias exteriores y sin la influencia de Mayor Oreja", explica un diputado, crítico con la postura del dirigente vasco. Una vez más, Mariano Rajoy ha preferido "sobrevolar" el enfrentamiento con buenas palabras, y muchos ojos han buscado la sombra de Aznar.
Rato y Borrell
Dirigir un partido político es casi más complicado que ser el candidato a presidente del Gobierno, según está descubriendo el nuevo secretario general del PP y reconocen algunos de sus seguidores. El apoyo a Rajoy en el PP es incontestable, y los dirigentes populares que critican su escasa presencia pública son pocos en relación con los que consideran acertado que dedique su tiempo a recorrer las organizaciones territoriales y a entrevistarse con los dirigentes provinciales y locales del partido. Pero aun así, muchos confiesan su nostalgia por "la seguridad que daba José María Aznar".
"Rajoy lleva muchos años trabajando en el partido y lo conoce muy bien, pero va a necesitar todavía un mayor control de toda la organización, porque se empiezan a perfilar distintas opciones y personalidades", reconoce uno de esos dirigentes provinciales. Y si llega a presidente del Gobierno, Rajoy tendrá que delegar las funciones de secretario general en alguien que le sea fiel y que haga ese trabajo de control. En su entorno no se oyen todavía nombres para ese cargo. Sí empieza a ser frecuente escuchar el de Rodrigo Rato como posible cabeza de lista en las elecciones europeas. Es interesante tener en cuenta que cada día son más quienes opinan que para ocupar un cargo importante en la UE debería ser necesario tener antes acta de eurodiputado. Si finalmente Rato aceptara, se enfrentaría probablemente a Josep Borrell, como cabeza de lista socialista.
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