Europa, pendiente de 'El Zar'

El Barça defiende a partir de hoy su corona de campeón europeo en una Euroliga pendiente de un hombre. A sus 38 años, Arvydas Sabonis ha regresado a sus orígenes, al Zalgiris Kaunas, como jugador y accionista del club, y todo el continente ha girado el cuello hacia Lituania para saber qué versión de Sabonis aparecerá vestida de corto. Las lesiones en las rodillas y el tendón de Aquiles y la edad han mermado a un jugador cuyo solo nombre provoca tanto miedo como respeto.

Nombrar a Sabonis es hablar de uno de los mejores pívots pasadores y anotadores de triples de la NBA, donde jugó desde 1996 hasta el verano pasado en los Portland Trail Blazers -con el intervalo de la temporada 2001-2002, cuando las lesiones le mantuvieron lejos de las pistas-. En la temporada de su debú en Estados Unidos promedió 14,5 puntos y 8,1 rebotes en 22 minutos por partido, siempre saliendo desde el banquillo, y acabó la temporada como el mejor novato en 10 categorías diferentes. En el curso 1996-97 anotó tres veces más tiros triples que cualquier otro pívot de la NBA, y fue nombrado mejor jugador de la liga la última semana de marzo de 1996.

"No jugaré 30 minutos por partido, pero tenía que hacer algo por este club", dice el 'pívot'

Su juego en la pista era deslumbrante. Con sus 222 centímetros de estatura, asistía como un base, tiraba como un alero y desafiaba en la zona a cualquier coloso. "Puede hacer lo que ningún jugador grande: anotar desde fuera, desde dentro y pasar... pero no el pase fácil, el que todos hacen. Tiene un sentido del juego único", dijo de él Magic Johnson. "Sin lesiones, hubiera sido mejor que David Robinson", aseguró Dino Radja.

Sabas, el mayor de tres hermano e hijo de un sastre, Andreus Sabonis, no era especialmente alto de niño. De hecho comenzó a los 12 años jugando de base. A los 15 fue convocado por la selección junior de la URSS, y con 19 consiguió con la absoluta el oro en el campeonato de Europa. Ese mismo año fue elegido por los Atlanta Hawks de la NBA, pero fue declarado demasiado joven y la elección se anuló. La temporada siguiente los Trail Blazers de Portland se aseguraron su fichaje. Sabonis, sin embargo, no recibió permiso para viajar a Estados Unidos hasta 1989 por razones políticas. Entonces, tras ganar tres ligas rusas, prefirió el viaje a España.

Tres temporadas en el Fórum de Valladolid y otras tres en el Real Madrid (1992-1995) mostraron a un pívot inigualable, ganador con el equipo blanco de dos ligas y la Copa de Europa de 1995, y dueño de un récord que todavía perdura: 11 partidos seguidos con dobles figuras en puntos y rebotes. Con la selección, de la que se retiró en 1999, ganó el oro en los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988 ante Estados Unidos, y el bronce en Barcelona 92 y en Atlanta 96. Fue nombrado también cinco veces mejor jugador europeo del año.

Sabonis regresa ahora a su hogar, en Kaunas, a pesar de que su mujer, la actriz y modelo Ingrida, y sus cuatro hijos -dos de ellos, Tautuydas y Zygimantas, juegan en Málaga- viven en Torremolinos. "Pronto tendré 39 años. No puedo jugar siete partidos en 10 días, ni siquiera me imagino jugando 30 minutos por encuentro, pero tenía que hacer algo por el Zalgiris, por su historia", dijo este verano Sabonis. El Portland le ofrecía siete millones de dólares por una temporada más, y los Mavericks de Dallas también llamaron a su puerta, pero El Zar anhelaba volver a casa, al club donde nació su leyenda. Y no sólo a jugar. Ha comprado el 42,5 % de las acciones del club y quiere sanear a la entidad, endeudada desde hace años.

Toda Europa, incluidos los cuatros equipos españoles, se pregunta ahora qué Sabonis verán. El Barça defiende a partir de hoy, contra el Virtus de Roma, un título con el que sueñan también el Tau, el Unicaja y el debutante Pamesa.