"No me puedo quedar callado"

Eduardo Salas, uno de los testigos principales del caso del asesino del naipe, abandonará hoy España para regresar a su país natal, Ecuador. El jueves pasado finalizó un curso sobre fundaciones en la Universidad Autónoma con una calificación de notable, según su abogado, Marcos García Montes. El ecuatoriano mandó una carta a su letrado en la que agradecía el trato recibido de todas las personas que le han apoyado durante los meses que ha durado su recuperación física.

"Hoy es un día en el que ya no puedo ni quiero quedarme callado. He sufrido una gravísima situación que ha marcado mi vida. Ahora lo que quiero es que este proceso termine cuanto antes para regresar a mi país, donde seguiré restableciéndome para continuar llevando una vida normal", señala Salas.

Recuerda que ha pasado momentos buenos, malos, dolorosos y absurdos durante el año que ha estado en Madrid. Entre ellos, destaca los instantes después de recibir el disparo y mantener un control que le llegó a sorprender, ya que era él quien pedía calma y tranquilidad: "Siempre me ha sorprendido esa extraña serenidad que tuve, cuando saqué el móvil del bolsillo izquierdo de mi cazadora y se lo entregué en la mano a la chica que me acompañaba, aunque ella no pudo realizar la llamada de emergencia".

"Por ello, estoy pensando en volcar todos estos pensamientos y sentimientos en un libro, aunque aún no lo tengo decidido", añade. Salas también lamenta que Anahid C., la amiga que le acompañaba el día del tiro, se haya contradicho en sus declaraciones: "Ella respondió, a viva voz, que estaba completamente segura de que era él y que no tenía ninguna duda. Hasta llegó a asegurar que era como volver a verlo. No comprendo cómo en su segunda declaración se muestra insegura y con muchas dudas a la hora de identificarlo".