Sainz marca el territorio

El guión parecía escrito de antemano. Carlos Sainz, de 41 años, lo siguió al pie de la letra. Su estrategia era atacar, pero sin tomar riesgos excesivos y eso fue lo que hizo. La primera etapa del Rally Catalunya-Costa Brava, penúltima prueba del Mundial, concluyó con el piloto español en segunda posición, a sólo 26,2 segundos del líder, el francés Sebastien Loeb. Los Citroën confirmaron de esta forma que, mientras no aparezca la lluvia, las carreteras catalanas les están favoreciendo. El español afrontará hoy fortalecido la segunda etapa, pero difícilmente podrá asegurarse matemáticamente su tercer título mundial ya en esta carrera. Deberá esperar al Rally de Gran Bretaña, dentro de dos semanas.

"Si todo funciona muy bien y no hay incidentes", había comentado Sainz poco antes de tomar la salida, "podemos concluir en tercera o cuarta posición". Su pronóstico pareció romperse en la primera especial, cuando concluyó octavo en La Trona, a 3,4 segundos del líder de Subaru, el noruego Petter Solberg. Sin embargo, el panorama cambió de forma radical a partir de la segunda. La elección de neumáticos duros se convirtió en un acierto desde el momento en que el día se fue levantando. Y Sainz comenzó a escalar posiciones en la clasificación, mientras algunos de sus rivales y otros históricos, como el cuádruple campeón mundial Tommi Makinen, o el campeón actual, Markus Gronholm, se iban hundiendo.

Todas las circunstancias parecieron favorecer a Sainz. El único handicap que tuvo que afrontar fue la excelente actuación de su compañero de equipo Loeb, que ganó cuatro tramos y consolidó su liderato al final de la jornada. El francés, cuarto en la clasificación del Mundial a seis puntos de Sainz, es uno de los tres pilotos que todavía luchan con el madrileño por la consecución del título. Los dos restantes, Petter Solberg (Subaru) y Richard Burns (Peugeot), que se encuentran a sólo tres puntos del madrileño, sufrieron ayer diversos percances y concluyeron la etapa inicial distanciados de la cabeza. Burns es ahora sexto, a 42 segundos de Sainz y a 1m 14s del líder. Y Solberg está incluso fuera de los puntos, en décimo lugar, a dos minutos de la cabeza de la carrera. Un error en la elección de neumáticos relegó a Burns desde los primeros tramos y en el séptimo (Alpens-Les Llosses) sufrió una salida de pista y circuló varios metros por la cuneta.

Sin embargo, el más perjudicado fue Solberg. El noruego vivió una jornada llena de incertidumbres. Tras la embestida inicial, Solberg sufrió un pinchazo en la segunda especial que le relegó de la cabeza. Y tras la tercera, fue penalizado con ¡50 segundos! tras llegar cinco minutos tarde en el control horario de Vic porque sus mecánicos le detectaron un problema en el alternador de su Subaru.

Todas esas circunstancias favorecieron el ascenso de Sainz y su lucha por el título mundial. No ganó ninguna de las ocho cronometradas, pero fue segundo en dos y tercero en otra. Y nunca concluyó por debajo de los ocho primeros. Fue muy regular y obtuvo su premio. "Acertamos con los neumáticos y sólo tuvimos problemas en el último tramo, donde el coche se iba de la parte delantera", comentó.

Sainz, que este año ha ganado el rally de Turquía y ha sido segundo en Argentina, Acrópolis y Córcega, pareció relajado en las asistencias y en la llegada. Su relación con Marc Martí, su copiloto, es distendida y se nota cierta complicidad. Su principal preocupación ahora es la climatología. "Espero que no ocurra lo que sucedió en Córcega, donde la lluvia apareció cuando algunos pilotos ya habían concluido un tramo y otros aún debíamos salir y la clasificación dio un vuelco tremendo". Al final de la jornada de ayer, la lluvia apareció en algunos puntos del recorrido. Las previsiones eran que el agua no debía caer hasta el domingo. Pero existe temor. "Si no hay agua", agregó el madrileño, "espero ser constante y acertar de nuevo con los neumáticos. Solberg y Burns han perdido tiempo, pero queda mucha carrera".