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Entrevista:ENRIQUE ALARCÓN | Presidente de la Real Academia de Ingeniería

"Creo que el cuerpo humano es el desafío total para los ingenieros"

En los próximos meses, de aquí a febrero, Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca y Sevilla serán escenario de las sesiones científico técnicas que la Real Academia de Ingeniería ha organizado para celebrar su décimo aniversario. "Las sesiones están dirigidas al público en general y son abiertas", anuncia el presidente de la Academia, Enrique Alarcón, y los temas se han seleccionado por interés y actualidad así como por su componente polémica: energía, medio ambiente, infraestructuras, futuro de los medios de transporte y tecnologías de la información y de las telecomunicaciones. El ciclo de jornadas se inaugura con la dedicada a energía los próximos 28 y 29 de octubre, en Madrid. Alarcón, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y físico, Catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid, comenta que con estas sesiones, la más joven de las academias españolas quiere aumentar su presencia social.

"No hemos establecido aún los mecanismos adecuados para informar a la sociedad"
"La ingeniería suele funcionar y cuando algo falla, la gente se enfada muchísimo"

Pregunta. Lo normal, cuando se celebran aniversarios es hacer un acto más bien pomposo, de acceso restringido... ¿Por qué ustedes han optado por este ciclo de actos públicos?

Respuesta. Es verdad... pero nosotros queríamos incidir en la presencia en la sociedad. En cuanto a contenidos, se fijaron unos temas que fueran interesantes para el gran público, con una cierta componente conflictiva -como casi todo en ingeniería- y en los que pudiéramos dar respuesta como ingenieros.

P. ¿Por qué dice ".. conflictiva.. como casi todo en ingeniería"?

R. La ingeniería tiene una componente importante y es que generalmente funciona. Éste es el lado bueno. El malo es que cuando algo falla la gente se enfada muchísimo, se sorprende tanto de que una obra de ingeniería falle que inmediatamente aparecen las protestas. Y hay que tener en cuenta que cuando las cosas son novedosas, pueden generar problemas con los que no se contaba en principio. Todos tenemos en la cabeza la gestión del medio ambiente, la seguridad de los alimentos.... Pero se progresa así.

P. ¿Quiere decir que a la ingeniería se le presupone la perfección?

R. Creo que sí. Pero es que las cosas realmente funcionan. Fíjese en los temas de infraestructuras: los incendios de túneles, por ejemplo. En toda la historia de la construcción de túneles para tráfico rodado se habían producido tantas muertes como los fallecidos de golpe en el accidente del Mont Blanc, unas 40 personas. De repente en un año se dobla el número de muertes y se dispara la alarma social, incluso la UE está imponiendo requisitos especiales para la protección.... ¿Qué sucede? Hay cosas que no se sabían o simplemente se están cometiendo imprudencias y llevando al límite las tecnologías.

P. ¿Ha aumentado entre los ingenieros la conciencia de que sus obras pueden crear problemas, por ejemplo medioambientales?

R. Esa mentalidad la hemos tenido siempre, por lo menos yo la viví cuando era estudiante. Ahora el medio ambiente está en los planes de estudio de todas las carreras y está asumido como un reto de la ingeniería: cómo intervenir en la naturaleza manteniendo las ventajas que nos brinda.

P. ¿Por qué se creó una Academia de Ingeniería?

R. Ha habido un desarrollo creciente tanto en la ingeniería como en la industria, en los centros de enseñanza... y conviene tener un organismo consultivo, un cuerpo de personas con cierta valía intelectual o de criterio que pueda expresar la opinión al máximo nivel. A diferencia del científico, el ingeniero se caracteriza porque construye artefactos; puede ser un puente, y ese puente tiene que obedecer las leyes de la naturaleza. La ingeniería nace con Galileo, tenemos el mismo padre que la ciencia, en el sentido moderno. Cuando a Galileo no le dejaban prácticamente escribir, hizo Diálogo de las dos nuevas ciencias; una es la dinámica y la otra la resistencia de materiales, que es la ciencia del ingeniero por definición. El ingeniero tiene que conocer las leyes de la naturaleza porque el artefacto que haga estará en ella, pero también la gestión del proyecto, la economía... y tiene una fuerte componente matemática.

P. Algunos pueden pensar que la Academia es un organismo de defensa de los intereses corporativos de los ingenieros.

R. Yo me niego a que sea eso. La Academia tiene que estar por encima de particularismos, tenemos que mirar por las perspectivas de futuro, por los temas de enseñanza, por el planteamiento social de los problemas que atañen a la ingeniería... cosas que nos afectan a todos y que se pueden afrontar desde un espíritu independiente, dentro de lo que se puede ser independiente en esta vida.

P. Sin embargo, en España no se ha oído la voz de la Academia de Ingeniería en cuestiones candentes de interés social como el Prestige, o el Plan Hidrológico...

R. Es verdad. Pero tener una opinión como Academia es complicado ya que para pronunciarse sobre algo el reglamento exige un porcentaje muy elevado de académicos en las votaciones. Más fácil es crear un grupo de trabajo. Lo hicimos con el vertido de Bolidén (en Doñana), pero no podíamos hacer públicas las conclusiones porque el tema estaba sub judice. En cuanto al plan hidrológico, lo estuvimos discutiendo, pero por la premura del tiempo era prácticamente imposible llegar a un informe con suficiente rigor académico y así lo hicimos saber al Ministerio de Medio Ambiente. Hay otros temas como la Alta Velocidad que han sido discutidos en sesiones de un puñado de expertos de varios ámbitos.

P. Pero el papel asesor de una academia es esencial, al menos en algunos países.

R. El objetivo principal de la Real Academia de Ingeniería es, además de velar por la calidad de la ingeniería española, informar a los organismos públicos y a la sociedad, como un cuerpo consultivo. La Academia es joven y no ha tenido tiempo de enraizarse, los organismos públicos no acuden regularmente a nuestro asesoramiento y nosotros no hemos establecido aún los mecanismos adecuados para informar a la sociedad, aunque lo tenemos en nuestros planes. Sin embargo, estamos haciendo esa función informativa indirectamente, a través de actividades públicas que los interesados pueden encontrar en la página web de la Academia.

P. ¿Cuáles cree que son los retos más destacados de la ingeniería de cara al futuro?

R. La intervención en el cuerpo humano, por ejemplo, es impresionante. El cuerpo humano es la máquina definitiva. Ahora, cuando hay un problema de corazón se dice que se hace fontanería, pues imagínese lo que puede hacer la ingeniería. Creo que el cuerpo humano es el desafío total para los ingenieros pero también hay otros ámbitos, como los materiales inteligentes o los sensores minúsculos. La incorporación de estas técnicas a problemas tan clásicos como hacer un puente es todo un desafío. Por no hablar de cómo puede influir la miniaturización de los ordenadores en todas las actividades. En construcción clásica, por ejemplo, la inclusión de sensores y el control a distancia pueden llevar a un diálogo obra-usuario que conduzca a las auténticas construcciones inteligentes.

Enrique Alarcón.
Enrique Alarcón.LUIS MAGÁN

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