La primera decepción
Primer festejo mayor del abono pilarico y primer desencanto de la afición. Los esperados guardiolas fueron un fiasco. Inválidos unos y sin fuerza otros, descastados todos, sin raza y mansos a varias escalas marcaron el denominador común de la actual situación de la fiesta. Sólo el que hizo quinto salvó los muebles.
"La primera en la frente", se lamentaba la afición. "¡Espera que aparezcan las figuras!", comentaban otros. "¡Oigan ustedes, que los toros de las figuras son artistas!", masculló un torerista. "¡La que nos faltaba!", sentenció el coro. Claro que, visto lo visto, los guardiolas con dos retoques más no aspiran a menos.
A Juan Diego el toro de su presentación se le murió a poco de salir. El fantoni que hizo primero dio la impresión de llevar unas cuantas copas de más. Tal era su zigzagueo y desorientación, que le dio al animal por cornear la arena de tal suerte que se pegó una voltereta. Espatarrado se quedó, por lo que el presidente le ordenó apuntillar. Hubiera sido pertinente que se ordenara la reglamentaria prueba de alcoholemia. El bis salió inválido, con lo que el diestro de Salamanca no pudo lucirse. En su segundo, faena pinturera sin acoplamiento.
Guardiola / Diego, Millán, Marín
Tres toros de Guardiola Fantoni y tres de Guardiola Domínguez; 1º, inválido apuntillado en el ruedo; resto, flojos, mansos y nobles; sobrero de la misma ganadería. Juan Diego: estocada (silencio); pinchazo, estocada caída (silencio). Jesús Millán: bajonazo (palmas); pinchazo, bajonazo (ovación y vuelta). Serafín Marín: estocada caída, descabello -aviso-, descabello (vuelta); cinco pinchazos, bajonazo (silencio). Plaza de Zaragoza, 7 de octubre. 1ª corrida de feria. Media plaza.
El primero de Jesús Millán también era inválido, pero de segundo grado. Al primer pase de muleta se fue al suelo. El resto, muleta a media altura, pases sin trascendencia. Igual en el otro.
Serafín Marín estuvo lucido con el percal en el saludo a su primero. Hizo una faena con muleta a media altura en evitación de males mayores. Dio distancia al toro, dejó apuntes hasta que al toro se le agotaron las pilas. En el toro de la jota, el sexto, todo cuanto realizó resultó un puro barullo. Desastroso con la espada tras varios pinchazos, acabó de bajonazo indigno.
Babelia
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