Peor que nunca

Con diez goles en contra y dos a favor en seis jornadas de Liga, el Atlético completa la peor estadística anotadora de su historia en un comienzo de campeonato. Sólo en la temporada 1968-69 los rojiblancos comenzaron metiendo dos goles en los seis primeros partidos. Pero entonces, en ese espacio, recibieron cinco tantos menos que ahora. El contraste dice mucho del inicio catastrófico del Atlético. Le falta pegada y encaja como nunca. A pesar de jugar bien durante una fase del último partido, en Riazor, su padecimiento no cesa. Con tan mala estadística acumulándose en los casilleros, la declaración de su entrenador, Gregorio Manzano, tras la paliza (5-1) ante el Deportivo, se antojó tan fundamentada como poco creíble: "He visto cosas muy positivas en mi equipo".

Manzano advirtió un progreso en el juego del Atlético. Y es cierto que su equipo jugó mejor que en las jornadas precedentes. Algunas cifras hablan de cierta mejoría. De hecho, el Atlético hizo 116 jugadas de ataque, las mismas que el Deportivo. Por pasar la pelota, incluso dio más pases que el Depor: 421 contra 408. Pero el Atlético jugó peor que su rival y se hizo predecible: la gran mayoría de las jugadas comenzaron por Ibagaza y terminaron por Torres sin demasiada elaboración de por medio. Torres fue el hombre que más pases recibió en el Atlético (32) después de Ibagaza (48). El mecanismo fue fácil de desbaratar por el Depor.

El Deportivo fue un rival trabajado y áspero. Un cuadro complicado que inspiró a Manzano a proclamar que para su equipo todos son tuertos: "Nada se nos da de cara", dijo en Riazor; "no todos los rivales que nos vamos a encontrar son este Depor".

El cuadro de Javier Irureta fue el más duro de todos los rivales del Atlético hasta ahora. Pero no hace falta llegar a tanto para derrotar a los rojiblancos. Lo prueban los adversarios que le han tocado en suerte en lo que va de Liga: Sevilla en el Sánchez Pizjuán, Osasuna en El Sadar, Valencia y Barcelona en el Calderón. El único adversario asequible ha sido el Albacete. Servido en el Calderón, en su primera visita después del ascenso, el conjunto manchego sólo pudo ser batido después de mucha fatiga y gracias a un tiro libre de Jorge. Ese gol es el único del Atlético hasta ahora junto con el cabezazo de Lequi ante el Depor, otra vez a la salida de una jugada a balón parado. Por más que monta jugadas de ataque, no sabe definirlas si no se interrumpen.