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18 reos del desalojo 'okupa' de La Guindalera niegan su intervención en los disturbios

Comienza el juicio contra los 50 jóvenes acusados de provocar desórdenes públicos

Ayer se inició el juicio por los disturbios públicos que se produjeron hace seis años y medio en el barrio de La Guindalera (distrito de Salamanca) durante el desalojo de una antigua fábrica textil. En el banquillo de los acusados se sientan 50 de los 160 jóvenes que la policía detuvo ese día, el 10 de marzo de 1997, durante la batida que efectuó en la zona. El juicio durará casi un mes. Los primeros 18 acusados, que se enfrentan a penas que oscilan entre 4 y 6 años y 10 meses de cárcel, negaron ayer haber participado en los incidentes.

El 10 de marzo de 1997, la policía decidió desalojar a un centenar de jóvenes que habían okupado una fábrica textil en La Guindalera. Los okupas transformaron la vieja fábrica textil en un centro cultural y desarrollan conciertos y obras de teatro, entre otras actividades. Fuera de la fábrica había concentrados varios cientos de jóvenes más que habían acudido al lugar para apoyar las reivindicaciones de los encerrados. De pronto, la policía cargó contra unos y otros y se produjeron graves disturbios callejeros: rotura de cristales de cabinas, destrozos en entidades bancarias, daños a autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT)... La policía emprendió una batida por la zona y detuvo a 160 jóvenes, algunos de ellos menores de edad.

Tras una larga investigación, el juicio se inició ayer en una minúscula sala de vistas del nuevo edificio que alberga los 23 juzgados de lo penal de Madrid. Sólo ocho personas del público pudieron seguir el desarrollo del juicio. Los acusados lo son por delitos de resistencia a la autoridad, desórdenes públicos y atentado a los agentes.Los 50 jóvenes enjuiciados no estuvieron solos: a las puerta de los juzgados se concentraron familiares y amigos. La policía estableció un dispositivo para evitar incidentes.

Los allegados y amigos de los inculpados llegaron a la sede de los juzgados con la intención de celebrar un acto de apoyo pacífico. Pero el Cuerpo Nacional de Policía lo impidió. Pidieron a todos sus documentos de identificación y les advirtieron de que no tolerarían disturbios.

Los primeros 18 acusados que ayer prestaron declaración se proclamaron inocentes de los cargos que se les imputan. Es más, muchos de ellos indicaron que ni siquiera habían participado con el desalojo, sino que pasaban por la calle. Endica Zulueta, el abogado defensor de 24 jóvenes, explica: "Es una aberración que chavales de 17 años -en esa época- sean inculpados hoy. De hecho, en este juicio hay muchos chicos que tenían 18 años, y hoy están sentados en el banquillo de los acusados" .

David Alonso (de 29 años) es uno de los inculpados. Asistió al juicio acompañado de su madre. "En La Guindalera, yo daba clases de artes marciales y asistía a los conciertos y a las obras de teatro". Agrega: "Me han dicho que el juicio puede durar un mes, y lo peor es que no sabemos cómo vamos a justificar esto en nuestros trabajos", cuenta David.

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La escasa capacidad de la sala de vistas para el acceso al público no gustó a los familiares y amigos de los acusados. "Esto se parece al franquismo. Pero, ¡cómo no nos dejan pasar si, supuestamente, es un juicio público!". Algunas madres de acusados incluso llegaron a enfadarse entre ellas disputándose los pocos asientos habilitados en la sala de vistas. Otras, más calmadas, se resignaron a esperar en la calle. El juicio se interrumpió pasadas las tres de la tarde. Seguirá hoy.

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