"Me tengo por un jugador bastante descarado"

Superada la lesión muscular que le ha impedido debutar oficialmente con el primer equipo del Barça en lo que va de temporada, Luis García leyó ayer su nombre por vez primera en una lista de convocados firmada por Frank Rijkaard. Para colmo de alegrías, coincide con la visita al Manzanares, lugar donde el de Llefiá, populoso barrio de Badalona en el que nació hace 25 años, jugó la pasada temporada a las órdenes de Luis Aragonés.

Pregunta. ¿Vuelve un indio al Calderón?

Respuesta. Decir eso sería faltarle el respeto a los seguidores del Atlético de Madrid. Indio es Torres, por ejemplo. Yo no, yo soy culé de nacimiento, pero rojiblanco de vocación, eso sí. Para serlo me faltó jugar allí alguna temporada más.

P. ¿Qué tiene el Atlético de mágico?

R. Creo que su gente, es especial, o que está a lado del río, no lo sé. Es evidente que tiene algo que te engancha, aunque me resulta difícil explicarlo.

P. Perdone por el tópico pero ¿celebrará el gol?

R. Celebraría jugar más que el gol. Llevo demasiado tiempo fuera y tengo muchas ganas de volver a jugar, pero tampoco me hago muchas ilusiones.

P. ¿Qué puede aportar al equipo, llegado el caso de que Rijkaard le haga debutar?

R. Poco, un granito de arena, no más. La prensa deportiva lleva toda la semana hablando de que Motta y yo debemos cambiar al equipo, que se nos necesita... Dos jugadores, por sí solos, no cambian un equipo. Yo lo que puedo ofrecer es abrir el campo si el mister me pone en la banda, y todo mi esfuerzo, claro, para ganar el partido.

P. Usted es un nueve que fue desplazado a la banda por Benítez en el Tenerife. ¿Qué explicación le dio, qué buscaba?

R. Fue muy claro y no se anduvo con gaitas: Me puso en la banda porque no tenía ningún zurdo más. Y me gustó. Ahora participo más en el partido que cuando era delantero centro y también llego al área. En aquella temporada, por ejemplo, creo que marqué dieciséis.

P. Su estilo de juego, muy atrevido, ¿es consecuencia de su constitución física?

R. Como era muy pequeñito, era una manera de evitarme más patadas de las que me daban. Pero siempre me ha gustado inventar, hacer cosas bonitas. Me tengo por un jugador bastante descarado, no lo niego.

P. ¿Le ha generado eso problemas con algún entrenador?

R. No. A veces se me ha ido la cabeza con alguna floritura innecesaria y entonces sí que me han dado el toque. Casi todos los entrenadores con los que he trabajado, en momentos puntuales, me han pedido que me dejara de inventos. Pero cuando las cosas me salen, nadie se queja.

P. A Luis Aragonés debía desesperarle.

R. No crea, me daba mucha libertad. Bueno, también me dio más de un palo. Con él aprendí mucho, aunque es muy exigente y al principio cuesta asumir que te quite en el descanso, o a los cinco minutos de la segunda parte, como me pasó. Pero nunca se quejó de que probara cosas.

P. Tirar un penalti al estilo Panenka en su debut en Primera con el Valladolid, ¿fue un acto de chulería o una insensatez?

R. Lo había prometido, así que cumplí con lo dicho. Soy así y me dio el punto. Puestos a tirar un penalti, mejor hacerlo bonito. Pero depende de la situación.