"Ferguson me asustaba"

"La expresión de su cara tras mi fallo, al final, en el lanzamiento de una falta me hizo sentir que la puerta se había cerrado para mí". Así se refiere el futbolista inglés David Beckham a sir Alex Ferguson, su entrenador en el Manchester United, en una entrevista concedida al periódico británico The Sun sobre la autobiografía -la primera, a sus 28 años de edad- que ultima.

El ahora jugador del Real Madrid alude precisamente al partido de vuelta entre ambos equipos en los cuartos de final de la pasada Liga de Campeones. El español, dirigido entonces por Vicente del Bosque, había ganado por 3-1 en el estadio Bernabéu y se estaba imponiendo también, por 2-3, en Old Trafford. Ferguson le había relegado al banquillo contra todo pronóstico con el pretexto de que estaba algo griposo -"es un encuentro importante, demasiado importante para que lo juegues", le dijo-. Pero, con todo perdido, no tuvo más remedio que recurrir a él. Y Beckham, en un visto y no visto, marcó dos tantos y puso el marcador en un 4-3 esperanzador a pesar del poco tiempo que quedaba por jugar. Pero luego erró en un golpe franco y Ferguson le taladró con la mirada.

El caso fue que las relaciones entre los dos estaban tan deterioradas que Beckham forzó semanas más tarde, según cuenta, una reunión con Ferguson, el hombre que, meses atrás, en un momento de enojo por un mal resultado, incluso había arrojado una bota al aire en el vestuario con la mala fortuna de que precisamente le golpeara a él. "Me dijo", relata Beckham, "que estaba enfadado conmigo desde que había esperado a una audiencia con la reina en el palacio de Buckingham, tras la Copa del Mundo de 2002, en vez de irme directamente de vacaciones para continuar recuperándome de mi lesión en un pie. Traté de darle explicaciones, pero...".

Beckham confiesa que pasó una época tan mala que hasta pensó seriamente en la retirada coincidiendo con el nacimiento de su segundo hijo, Brooklyn: "Mis padres se estaban divorciando. Mi trato con Ferguson iba de mal en peor...".

Aunque insiste en que sigue considerando al mítico manager como un padre -"le respetaré siempre"- porque fue quien le dirigió futbolísticamente desde el principio, comenta que Ferguson, en general, siempre ha tenido un carácter intimidante y que su evolución ha sido negativa: "Me asustaba. A veces, se me secaba la boca ante él".