El córner no tiene dueño

David Beckham se presentará ante la afición del Madrid hoy, en el partido de vuelta de la Supercopa (21.45, TVE1). El centrocampista inglés es el mejor lanzador a balón parado del mundo, de eso no hay duda. Pero el público madridista no tiene garantizado que le verá patear las faltas o los saques de esquina. Es probable que lo haga Figo, si le apetece, o Roberto Carlos, si le entran ganas de pegarle o está más cerca del punto de lanzamiento. Así lo reconoció el propio Beckham ayer, muy sonriente y tocado con una camiseta gris quemada con ácido sulfúrico y llena de agujeritos. "Tira el que está más cerca en el momento del lanzamiento", explicó.

Se supone que el Real Madrid fichó a Beckham por sus condiciones futbolísticas. Como todos los virtuosos, el inglés tiene cualidades extraordinarias y cualidades banales. Si algo lo distingue es su capacidad para ejecutar jugadas a balón parado: tiros libres y córners, principalmente. Su pegada, por sí sola, le convierte en un futbolista desequilibrante. Probablemente el más dotado del mundo para esta suerte.

Sin embargo, Beckham dijo ayer que en el Madrid las jugadas a balón parado no son su exclusividad. "A veces, antes de los partidos, el técnico nos dice quién tira los de la derecha y quién los de la izquierda, Figo o yo, según el caso. Otras veces los tira el que está más cerca".

Muy diplomático, procurando pasar de puntillas, sin molestar, agradeciéndolo todo permanentemente, Beckham se limitó a bromear sobre el último partido, el de la ida de la Supercopa en Mallorca, donde su equipo cayó (2-1) dando una pobre imagen. El único gol del Madrid surgió de un córner suyo en la primera parte. Golpeó el balón con mucha precisión al segundo palo, con efecto de hoja seca, de modo que al superar al portero por alto, Leo Franco no estuvo en esa acción precisamente acertado, cayera pesadamente sobre su objetivo: Luis Figo. El portugués se limitó a controlar y, como estaba solo, remató a placer.

Lo extraño fue que cuando el árbitro decretó un segundo saque de esquina Figo se interpuso. Con un gesto se apropió del balón y dio a entender que él lanzaba el córner. Beckham se limitó a dar un paso al costado. Nunca más lanzó nada durante el partido. Ayer bromeó: "Me sorprendió que Luis

no quisiera meter otro gol [con uno de mis córners] y que, en cambio él quisiera lanzarlo. Creo que lo hizo porque estaba más cerca que yo, y ya está".

En Asia, Beckham fue el jugador de la plantilla que más minutos disputó. Al revés que en España, donde fue sustituido contra el Valencia, primero, y en Mallorca después. Las pruebas en el medio del campo, las bajas y las revueltas, tal vez han motivado cierta experimentación. La última vez, el jugador se fue al banquillo cabizbajo y dio una patada a un botellín de agua mineral con signos de furor. "Eso pasa en el fútbol", dijo ayer el jugador; "cualquiera que sea sustituido se cabrea. Yo soy un jugador y me gusta estar los noventa minutos en el césped, pero fue imposible y el entrenador es el que debe decidirlo".

El cuerpo técnico del Madrid y los jugadores afrontan el partido de hoy con preocupación. "El Mallorca juega muy bien al contragolpe", dice el entrenador, Carlos Queiroz, con gesto preocupado; "y debemos estar muy atentos". La conexión entre Eto'o e Ibagaza desestabilizaron a la defensa, en el encuentro de ida. La baja de Makelele y la enfermedad vírica de la que se recupera Pavón complica en defensa las perspectivas madridistas. Queiroz tranquiliza a todos: "Seguro que jugamos mejor que en la ida. Y jugando mejor tendremos más posibilidades de ganar la Supercopa".