Enric Llaudet, el presidente del Barça que vendió Les Corts
Postrado en una silla de ruedas en sus últimos años, Enric Llaudet (Barcelona 1916-2003), presidente del FC Barcelona entre 1961 y 1968, ni siquiera pudo asistir a la toma de posesión de su último sucesor, Joan Laporta, el pasado mes de julio. Hacía ya algún tiempo que su salud le impedía desplazarse al Camp Nou. Ayer falleció, a los 86 años, dejando tras de sí una estela de profundo barcelonismo y dos hechos que marcaron toda su trayectoria: la venta del vetusto estadio de Les Corts y la creación del Trofeo Joan Gamper, ambos en 1966. Llaudet será enterrado el próximo lunes en el tanatorio de Les Corts de Barcelona.
Empresario textil, Llaudet accedió a la presidencia del Barcelona el 7 de junio de 1961, tras superar a su rival en las urnas, Jaume Fuset, por una mínima diferencia de 24 votos. Sustituyó al dimitido Miró-Sans. En su programa había anunciado la aplicación de un decálogo que debía reflotar el club de la precaria situación en la que se encontraba, a través de medidas económicas y de desprofesionalizar las secciones.
Fue un presidente innovador y excesivamente vehemente en ocasiones, al que nadie pudo discutir su profundo barcelonismo. "Era demasiado temperamental", señaló ayer Josep María Fuster, uno de los jugadores azulgrana de aquella época que más contacto tuvieron con él. "A veces rozaba el fanatismo e iba excesivamente lejos en sus palabras, menospreciando a algunos equipos rivales. Pero su gestión fue valiente y supo rodearse de una junta que le ayudó a resolver los problemas".
Deportivamente, su paso por el Barcelona no entra precisamente en los anales del club. En las siete temporadas que dirigió la entidad, el Barça ganó sólo una Copa de Ferias (actual UEFA) en 1966 y la Copa del Generalísimo (ahora del Rey) en 1963. Fue subcampeón de la Liga en tres ocasiones. Sin embargo, él se justificó aduciendo que se había encontrado una deuda de 284 millones de pesetas y que tuvo que aplicar una política de austeridad económica.
Precisamente fue esta causa la que le hizo entrar en la historia más que cualquier otra. Porque le obligó a buscar soluciones para resolver el problema económico que estaba planteado. Luchó en los despachos del Ayuntamiento hasta que logró la recalificación de los terrenos del viejo estadio de Les Corts, abandonado por el Barça desde la inauguración del Camp Nou en septiembre de 1957. Y entonces lo vendió por 226 millones de pesetas en 1966.
La entrada de dinero aportó una cierta euforia al Barça. Y en el verano de aquel mismo año Llaudet decidió crear el Trofeo Joan Gamper. Pero los malos resultados siguieron pesando como una losa sobre su gestión. Ni siquiera la creación de un Consejo Consultivo logró pacificar los ánimos. La presión social fue creciendo hasta que decidió dimitir. Su barcelonismo, sin embargo, siguió activo. Hasta que ayer dijo su adiós.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.