Maurice Bejárt ofrece en Peralada algunas de sus mejores coreografías

El coreógrafo Maurice Béjart (Marsella, 1927) lleva más de 40 años abriendo, "con cuidado", nuevos caminos a la danza. El cuidado se debe, según explicó ayer durante la presentación de los dos espectáculos que hoy y mañana se representarán en el Festival de Peralada, a su empeño por mantener el favor del público. "Hay artistas que se quedan solos buscando cosas", ironizó el creador, que afirmó que se está planteando hacer una pieza sobre la personalidad de Salvador Dalí.

El variado doble programa que Béjart presenta en Peralada incluye algunas de sus más celebradas coreografías: El pájaro de fuego, de Stravinsky, Serait-ce la mort?, con música de Richard Strauss, o el celebérrimo Bolero de Ravel. La pieza Juan y Teresa, con música tradicional española, supone la tercera incursión del coreógrafo en la relación entre Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. "Desde muy joven sufrí una gran impresión ante los poemas de San Juan de la Cruz y quedé tocado por sus versos", explicó.

Pero, más que sus trabajos en el escenario, fue el personaje de Salvador Dalí el que monopolizó buena parte de la rueda de prensa que Béjart ofreció ayer en un hotel de Roses. El artista recordó el enorme impacto que le causó la relación que, hace 43 años, mantuvo con el creador ampurdanés mientras preparaban una ópera de ballet que se presentó en Venecia y se tituló El caballero romano y la dama española. Béjart recordó que, en el primer encuentro, el excéntrico Dalí le dio con la puerta en las narices nada más verlo porque, según le confesó después, había soñado que le asesinaba un hombre con ojos azules. "Dalí tenía un fondo animal de conciencia y verdad", explicó Béjart, quien aseguró que junto al pintor aprendió "sobre la libertad en el teatro y en el arte". El veterano coreógrafo confesó, tras conocer que el año próximo se celebra el centenario del nacimiento del pintor, que está muy interesado en el personaje y que pensará en alguna coreografía centrada en su compleja personalidad.

Béjart está convencido de que la danza está en un momento de gran vitalidad en el que conviven "las mejores y las peores tendencias". Preguntado sobre sus fuentes de inspiración, Béjart dijo que tanto podía partir de una música, de una historia, de un decorado o, incluso, de una bailarina. "Puedo inspirarme mirando las formas de un cuerpo y a partir de aquí construirlo todo. Lo importante es que la idea inicial sea la que marque todo el proceso creativo", precisó.

La compañía Béjart Ballet Laussane ha acudido a Peralada con 35 bailarines de gran talento. Béjart recordaba ayer que entre su cuerpo de baile se encuentran siete u ocho españoles. El creador asegura que, además de una técnica depurada, no hay unos criterios rígidos para seleccionar bailarines. "En nuestra compañía hay de todo, es como la humanidad", resumió.

Entre los proyectos más inmediatos del creador francés se encuentra una pieza de su propio ballet, con textos de Baudelaire, que indaga en la relación entre la música y el mar, y una moderna coreografía con el Ballet de Tokio basado en un antiguo libro del siglo XI, obra de una escritora japonesa.