La teoría del tamaño
"Lo que nos separa de Australia es cuestión de raza", se defienden las chicas del 4x200
Asegura Laura Roca, una de las componentes de relevo 4x200 que hoy se estrena en estos campeonatos, que en España, en realidad, "la gente no sabe de natación". Se habla, dice, de manera profana, cuando llegan las grandes competiciones, pero sin contenido, sin demasiado fundamento. "A diferencia de lo que sucede en Australia, por ejemplo, aquí la gente ni siquiera sabe qué tiempo se necesita para batir un récord del mundo", ejemplifica Tatiana Rouba, otra de las relevistas españolas. Prosigue Roca, la más decidida, y asegura que, aquí, la gente se ha empeñado en comparar la natación en línea con deportes y modalidades que nada tienen que ver con la suya. "La nuestra es una lucha contra el cronómetro pura y dura", argumenta. "No influyen otros factores, como puede ser la opinión subjetiva de un juez que, cuando ya te has metido en el grupo de cabeza, te mira con otros ojos", añade Erika Villaécija, otra de las integrantes, en clara alusión a la sincronizada. En sus argumentos, se adivina cierto hartazgo por una comparación de la que siempre salen mal paradas, pues, en lo que a títulos se refiere, la natación aparece como un desierto en medio del oasis de éxitos que, en los últimos tiempos, acumula el deporte español.
Ellas, en cambio, disienten. Se quejan y reivindican el trabajo invisible que realizan durante todo el año y que, luego, a la hora de la verdad, pocas veces se culmina con éxito. O quizá sí. Porque ésa es la tesis que mantienen Laura, Tatiana, Erika y Melissa Caballero, la otra integrante del relevo femenino español; que el éxito no siempre es sinónimo de podio, de medalla; que clasificarse para una final o una sexta posición, por ejemplo, pueden suponer un gran triunfo.
Con esos parámetros, las chicas del relevo español han acumulado logros en los últimos años. Fueron quintas en los Mundiales de Fukuoka 01 y se elevaron al segundo peldaño del podio en los Europeos de Berlín del año pasado. Son, no obstante, resultados con matices. Porque en Fukuoka, la descalificación de estadounidenses y australianas, las grandes potencias, permitió el ascenso español al quinto puesto. Ellas lo saben y llaman a la prudencia cuando se les habla de emular aquello. "Nuestro objetivo principal es meternos en la final", señala Villaécija, que el lunes batió el récord de España de 1.500 libres. Lo difícil, sostiene Roca, está en las preliminares, en las que parten con el séptimo mejor tiempo: "Por la mañana cuesta más nadar, estás más dormida".
"En conjunto", dice Carles Subirana, el seleccionador, tenemos un buen relevo, y en Europa lo hemos demostrado, pero el día en que contemos con dos nadadoras que bajen de los dos minutos, estaremos ahí arriba también en los Mundiales", asegura. Sólo Roca ha estado nadando en dos minutos pelados.
Lo que parece claro es que las españolas librarán su batalla con Gran Bretaña (primera en Fukuoka), Canadá y Suecia porque EE UU y Australia siguen siendo inalcanzables. "Lo que nos separa a nosotras de las australianas es una cuestión de raza", asegura Roca. "Ellas son enormes; nosotras, no". "Yo no creo que sea tanto una cuestión física, como psicológica", replica Melissa Caballero. "Ellas no piensan en que se tienen que meter en una final, sino en cuántas medallas ganar", coincide Villaecija. Y Roca acaba: "Cuando sabemos y creemos que podemos ganar, lo hacemos". De momento, sólo creen que pueden estar en la final.
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