Vicentico inicia su segunda gira por España con su pop latino y artesanal
Gabriel Fernández Capello, Vicentico, lleva un año frenético. El que fuera cantante de la banda argentina Los Fabulosos Cadillacs debutó como solista a finales del año pasado con un disco titulado como su nombre artístico, un trabajo que él define como "simple" y que contiene aires flamencos, rumba, mambo y hasta un bolero.
Directo que crece
Pese a esa facilidad con la que, dice, "armó" el disco, Vicentico es un trabajo hecho con mimo, de producción artesanal: "Me siento más artesano que artista", dice. Además, como ya demostró en abril, el directo está a la altura de la producción, de la que se encargó el propio cantante junto con Afo Verde, responsable, entre otros, del sonido de Diego Torres. "Siento que el disco gana en directo", explica, "en vivo crece, descubro nuevos matices, nuevas posibilidades".
Siguiendo la línea del eclecticismo musical que caracterizó a Los Fabulosos Cadillacs, Vicentico es un trabajo que hace gala de una curiosidad estilística que va desde la murga hasta la música brasileña, pasando por la balada, el rock o el pop más clásico. "No sería capaz de hacer estilos puros", explica el músico, "no soy purista ni quiero serlo. Me gusta acercarme a las cosas desde fuera".
Vicentico reconoce que su empeño en tocar distintos palos es síntoma de un agotamiento general de las fórmulas clásicas del pop. "Es probable que el pop se haya agotado", admite el solista; "de todas formas, a mí me interesan las cosas que se han agotado. Aprovecho lo meloso y molesto del pop. Cojo elementos de algo espantoso como Pimpinela e intento contar algo".
Algo que está muy lejano de Pimpinela. En las letras de Vicentico hay crónica social, desgarro y unas dosis de honestidad poco diplomáticas. "La corrección política me deprime", dice a propósito de la letra de Culpable, que habla de la venganza a una mujer.
También hay espacio para la denuncia. Se despierta la ciudad es el retrato de una sociedad que se derrumba. "Pero yo no me identifico con el rockero que toma posturas que luego no puede mantener", aclara, "no soy nada coherente".
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