Aprender a mirar con la barriga

Éste no es un curso corriente sobre Picasso. Para empezar hay que aprender a "mirar con la barriga", es decir, despojarse de todo conocimiento sobre el autor y recurrir a las sensaciones. Después hay que colocarse frente a la obra y responder a la pregunta: ¿qué está pasando aquí?

Amelia Arenas, enérgica, impone su método. Ha venido de Nueva York para dar un seminario a 185 guías turísticos que trabajarán en el futuro Museo Picasso de Málaga. Durante dos semanas, en turnos matutinos y vespertinos, aprenderán a centrarse en la obra del artista malagueño, sin dejar de lado un enfoque inteligente y divertido. Lo harán en sesiones de cuatro horas en las que los alumnos; que van de los 30 a los 60, con predomino de estos últimos; aprenderán trucos para hacer la visita grata y constructiva a cualquier visitante.

Apretujados en una sala en la que se echa de menos un aire acondicionado más potente, los alumnos se revuelven en sus sillas de paleta rojas. Tratan de describir lo que ven sin recurrir a ningún tecnicismo. Alguno se salta las reglas y se atreve a preguntar por la fecha o el título de la diapositiva. "Los títulos para el final", aconseja la profesora.

La primera jornada transcurrió ayer en el Instituto de Fomento de Andalucía en Málaga. Allí comentaron ocho de las obras que albergará el museo. Cuando finalice el curso conocerán 40.

"Tratan de hacernos entender que lo más importante es el trabajo del artista, su arte, algo que se ve y se siente", resume Alfonso Campos, un guía con 35 años de experiencia que augura un gran éxito al museo. Manuel Noguera, especialista en turistas alemanes e italianos, confiesa que ha descubierto la fuerza de la obra picasiana y que "aprender a enseñar a este artista, no es tarea fácil". A la una de la tarde la profesora encarga la tarea para el día siguiente: escribir tres o cuatro trucos aprendidos. Les quedan tres días con lo básico. El 27 de octubre podrán ponerlo en práctica.