La liberalización eléctrica se estrella en los hogares y avanza en la industria
Apenas el 0,013% de los 23 millones de usuarios domésticos ha cambiado de suministrador
Desde el 1 de enero de 2003 todos los consumidores de electricidad (24 millones) tienen la posibilidad teórica de elegir suministrador. En el sector industrial, que supone un 70% del consumo, la liberalización ha avanzado significativamente, pero en el sector doméstico, con más de 23 millones de clientes (30% del consumo), la liberalización se ha estancado. Según los datos que maneja el sector, en el mejor de los casos, apenas 3.000 hogares (el 0,013% de los consumidores domésticos) han cambiado de compañía. Desde el Gobierno se recuerda que el proceso es lento.
La apertura del mercado eléctrico ha sido, desde el año 1998, una de las banderas de la gestión del Gobierno. Pero la bandera ondea de forma trabajosa. Entre los consumidores domésticos, el derecho a elegir suministrador, aprobado por el Ejecutivo desde el 1 de enero, apenas si ha tenido efecto. Sólo un puñado de hogares, unos 3.000, que representan un 0,013% del total, han cambiado de suministrador.
La tardanza en la tramitación de las normas que abrieron el mercado totalmente a la competencia (se aprobaron a finales de 2002 y entraron en vigor el 1 de enero de 2003), la falta de información y el sistema tarifario, que según las empresas no deja margen para hacer ofertas a la clientela, han enfriado las expectativas generadas hace apenas unos meses. Pese a todo, desde el Gobierno se insiste en que la liberalización no ha fracasado, ya que el proceso de apertura es lento y gradual, según se ha demostrado en países como Reino Unido, donde los usuarios reciben ofertas de las compañías desde el año 1999.
Sector industrial
En el sector industrial, la liberalización y la competencia entre empresas para mantener o hacerse con nuevos clientes ha dado resultados. Según datos de la asociación patronal eléctrica Unesa, de la Comisión Nacional de la Energía y de las propias empresas, en el sector empresarial existen 37.400 clientes que han decidido acudir al mercado y negociar sus tarifas en lugar de pagar las que fija el Gobierno.
De esos 37.400 clientes, en los últimos seis meses, 7.433 han cambiado de compañía. Son cifras significativas ya que esas 7.433 empresas suponen en torno al 20% de la energía que se consume en el mercado liberalizado. "En otros países ha sucedido lo mismo" sostienen fuentes de la asociación de las eléctricas, Unesa. "La situación es razonable". Más críticos, desde la Comisión Nacional de la Energía (CNE) se admite que las empresas no se tomaron demasiado a pecho las nuevas reglas del juego en el primer trimestre del año. "Sólo desde el mes de abril", señala una fuente del Organismo, "se puede afirmar que están desapareciendo los obstáculos para el consumidor de a pie". Según el órgano regulador, que prepara un informe sobre la marcha de la liberalización, las grandes empresas eléctricas se han limitado a identificar a grupos de sus propios clientes en baja tensión que, por su actividad o fuerte consumo, podían ser objeto de ofertas de la competencia para lanzar tímidas ofertas que, en general, suponen un mejor trato (y mejores precios).
Poco movimiento
Esa estrategia ha movido muy poco el mercado. Una de las cuatro grandes compañías eléctricas suministradoras, que prefiere no ser identificada, maneja los siguientes datos en la incruenta batalla por el pequeño cliente: nuevas altas desde el 1 de enero, 854. De ellas, sólo 310 corresponden a clientes domésticos. Son cifras más que modestas que, según la CNE, van a empezar a cambiar.
También opina así la Secretaría de Estado de la Energía que dirige José Folgado. "El periodo mínimo para calcular la marcha del proceso [de liberalización] ha de ser de un año", asegura una fuente autorizada del departamento. En el horizonte, siempre como ejemplo, aunque todavía lejano, está Reino Unido, donde un 36% de los consumidores han cambiado de compañía. Allí, los precios para los consumidores fieles, los que no han cambiado de compañía, descendieron una media del 8% en cuatro años. Los más inquietos, que decidieron escuchar ofertas, lograron descuentos medios del 17%.
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