Luis Pérez, el damnificado de la guerra de los platos

A David Millar se le salió la cadena del plato cuando estaba a punto de ganar el prólogo del Tour y su airada reacción ha provocado un terremoto en su equipo, el Cofidis. Millar acusó al director del equipo, Alain Bondue, responsable de la elección de material, de la mala calidad de los componentes que utilizaba y el patrón del equipo decidió relevarlo de sus funciones y condenarlo a un puesto accesorio en el equipo.

Pero no fue el ciclista escocés, que ya había denunciado en febrero los "errores" deportivos de su director, el único afectado por la mala calidad de platos y cadenas. Otros dos corredores del equipo tuvieron problemas en la contrarreloj parisina. Uno de ellos fue Luis Pérez, madrileño recién llegado al conjunto francés tras haber empezado la temporada con el desaparecido Coast. "Millar tiene razón", dice Pérez. "Porque el gran perjudicado, aparte de él, ha sido el equipo, que ganando el prólogo y llevando el maillot amarillo una semana ya habría hecho su Tour".

Aunque Luis Pérez no perdió el maillot amarillo por problemas mecánicos, su dolor puede decirse que es más genuino que el del fogoso Millar -el escocés estampó su teléfono móvil contra la pared cuando veía por televisión la repetición del desgraciado prólogo-, ya que al madrileño la salida de la cadena se le produjo en la rampa de salida. La bici se le frenó de golpe y, aunque pudo evitar la caída, su rodilla izquierda chocó con fuerza contra la potencia del manillar. Reparada la avería, partió veloz, pero al poco debió parar otra vez y cambiar de bicicleta, ya que los problemas seguáin. Pérez lucía ayer un hematoma en la rodilla y una sonrisa en la cara. "Esperemos que no vaya a más y pueda terminar el Tour", dijo.