"Los futbolistas son ahora las nuevas estrellas de rock"
Desde 1973, fecha de publicación de These foolish things, su primer disco en solitario, Bryan Ferry se ha apropiado de la imagen de dandi dentro del pop británico, aunque este elegante caballero también tiene que prestar atención a las realidades de la industria musical: sus decisiones profesionales están marcadas por la inevitable curva descendente de sus ventas. Hace un par de años volvió a ponerse al frente de su grupo clásico, Roxy Music. De aquella gira se publicó un video y DVD, Live at The Apollo; ahora sale un doble CD, Live (Eagle/Pias), grabado en ciudades de cuatro continentes.
Ferry (Washington, Durham, 1945) no se esfuerza mucho en buscar una explicación estéticamente correcta a la reunión de Roxy Music: "Nos lo pedían muchas personas, es un grupo que significó mucho para los que vivieron los setenta y los ochenta. Y había una generación que había crecido sin tener la oportunidad de vernos". En la formación de 2001 era conspicua la ausencia del otro famoso miembro fundador, el teclista y manipulador de sonidos Brian Eno: "Pero es que Brian no estuvo más que en nuestros dos primeros discos, no iba a embarcarse para tocar sólo en unas pocas canciones; además, tiene una agenda muy apretada con sus producciones y sus instalaciones artísticas".
A distancia, Eno bendijo ambiguamente la resurrección -"todo el mundo tiene derecho a ganarse la vida"- aunque lamentó que Roxy Music no se hubiera esforzado en presentarse con un mínimo de media docena de nuevas canciones. Ferry no acepta la recriminación: "Con una base de 30 temas clásicos, no había mucho hueco para experimentos. Además, más que lo que pudo haber sido, lo que importa es lo que tocamos: creo que dimos algunos de los mejores conciertos de toda la historia de Roxy Music".
Ciertamente, Live muestra a una banda poderosa, cuya tendencia al sonido convencional está compensada por las texturas rompedoras de la guitarra de Phil Manzanera y el saxo de Andy McKay: "Cuando les oigo tocar me parece que no hay tanta distancia entre Roxy Music y lo último que hace Radiohead". Roxy Music se rompió en 1976 y en 1985, en una crisis que Ferry explica así: "Sentíamos la necesidad de hacer algo diferente". Una excusa tenue, dado que -como se pudo ver el pasado verano por España- Ferry utiliza prácticamente la misma formación que Roxy Music, con la ausencia de Manzanera y McKay.
Un suspiro. Ferry alega que el repertorio de Roxy es bastante complejo: "Me parecía estúpido gastar energía en buscar otra banda y meterme en ensayos. Además, en las navidades de 2000 me pasó algo que me hizo comprender la necesidad de aprovechar el tiempo". Se refiere a un incidente reflejado en la prensa internacional: Ferry volaba a Nairobi cuando un pasajero trastornado intentó irrumpir en la cabina del avión; fue reducido y las fotos mostraban a un Ferry lívido.
"Esa persona quería suicidarse y estuvimos a punto de morir todos con él. Fue como si descubriera que se me había dado una prórroga en mi vida", recuerda. "Desde entonces, mis prioridades están más claras. Tengo mujer y cuatro hijos e intento pasar el mayor tiempo con ellos. ¿Vocación musical? No, el mayor es un cazador profesional, que defiende la caza del zorro con argumentos muy sólidos. En agosto me voy de vacaciones a una finca de Sevilla y espero reunirlos a todos. Será después de la nueva tanda de conciertos de Roxy Music: este verano vamos a visitar Portugal y EE UU, aparte de actuar en el Hyde Park, en Londres. Tiene gracia que, treinta años después de fundar Roxy Music, toquemos ante el mayor público de nuestra carrera. Aunque eso no signifique nada para las compañías de discos londinenses".
Se lamenta Ferry de la degeneración de la industria musical británica: "Cuando has trabajado con gente como Chris Blackwell [Island Records] o Richard Branson [Virgin], se me hace difícil hablar con directivos que tienen alma de abogados o de contables. No quiero ni pensar lo que hubiéramos sufrido si Roxy Music, que era una propuesta revolucionaria, hubiera aparecido en estos tiempos. Tengo amistad con grupos como The Dandy Warhols o British Sea Power, que van a ser teloneros nuestros, y me aterra lo que me cuentan".
Los últimos discos como solista de Ferry se han distribuido a traves de la EMI alemana: "En Europa desconfían de lo que esté de moda en Londres y no se apresuran a extender certificado de defunción a gente como yo". Al final, un toque de humor: "Creo que les debo un disco más a los alemanes. Tal vez debería ponerme a hablar ya con el Real Madrid. No me importaría estar en el mismo equipo que Beckham: los futbolistas son las nuevas estrellas de rock".
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