Un fastidio
Hay algunas cosas que descifrar en esta obra. Una leve es creer que el título con un aspa entre los dos nombres es lo que el lenguaje de los mensajes jóvenes supone "está por"; Romeo está por Julieta, o sea, que la ama, palabra que a ellos les gusta poco (no saben lo que se pierden). Esta clave indica que el lenguaje y algunos de los movimientos están juvenilizados, si se puede decir esa áspera palabra. Y, además, andaluzados. Esta cuestión levanta otra mayor: ¿cómo debe ser el teatro de las autonomías? ¿Para qué sirve? Para mí es un enigma sin resolver, como algunos otros. No creo que el Teatro Español, ni el Nacional -que son cosas muy distintas- sean sólo para representar teatro español; ni los de la Comunidad para el teatro madrileño, que una vez fue rico.
Romeo x Julieta
Versión de Antonio Onetti de la obra de William Shakespeare. Intérpretes: Juan Luis Corrientes, Mercedes Hoyos, Antonio Salazar, Inmaculada Pérez, Celia Vioque, Juan Duque, Antonio Navarro, Juanfra Juárez, Domingo Cruz, Paco Morales, Nerea Cordero, Pilar Crespo, Patricia Márquez, Elena Montes. Profesor de flamenco: Carlos Robles. Coreografía contemporánea: Fernando Lima. Coreografía flamenca: Ana M. Bueno. Iluminación: Miguel Ángel Camacho. Vestuario: Mercè Paloma. Dirección: Emilio Hernández. Centro Andaluz de Teatro en el Teatro Pavón. Madrid.
Folclore
No sé por qué el teatro andaluz tiene que hacer andaluza Romeo y Julieta, que escribió un inglés isabelino y situó en Verona, Italia. Tiene un repertorio inmenso de obras andaluzas, o escritas en Andalucía. Veo aquí taconeados distintos palos del flamenco, canciones andaluzas, algún acento. Me imagino lo que sería si cada autonomía hiciera Romeo y Julieta incorporando su folclore: en uno jotas, en otro muñeiras; en aquel danza prima y aquí algún chotis. Y alterando el texto según el habla popular de cada una. Creo que no lo podría soportar.
Soporto mal este Romeo x Julieta, pese a Emilio Hernández, que lo dirige con su sabiduría habitual, pese al escritor Antonio Onetti; pese a la belleza recién terminada de Celia Vioque (Julieta), al cante y los pasos de Mercedes Hoyo, y al flamenco de Corrientes. Están en un teatro de la calle de Embajadores casi esquina a Cascorro, y allí cantan un gran flamenco hasta los payos, y lo cantarán hasta los chinos de los establecimientos cercanos; y los chicos y las chicas del barrio tienen ese mismo lenguaje natural y cambia casi a diario.
Soporto mal, y no soy un puritano, que se utilicen estos nombres para atraer público o para falsificar tragedias. Más vale Bodas de sangre que un mal shakespeare (y a veces más que uno de los buenos). Aparte de eso, los mismos actores, que tienen voz y actitudes buenas en general, podrían hacer directamente Romeo y Julieta sin mezclar su cultura regional y antigua que es enorme. Esta producción da una respuesta a la vieja aseveración de que a Shakespeare no se le puede hacer mal: sí, en el teatro Pavón se le hace mal.
Gustó un sábado, con muchos espectadores, que aplaudieron, y me alegraron. Si muchos lo pasan bien, mi fastidio no importa en absoluto.
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