Verkerk, un desconocido para Moyà

El próximo rival de Carlos Moyà en los cuartos de final del torneo de Roland Garros, el holandés Martin Verkerk, es un desconocido incluso para el propio tenista español. Moyà se enfrentará hoy a alguien que ha ganado estos días en París sus primeros partidos en un grand slam a pesar de tener ya 24 años y ser el 46º en la clasificación mundial. Cuando Verkerk llegó a la capital francesa sólo se sabía de él que acababa de cuadrar la mejor actuación de su vida en Milán, donde superó al ruso Yevgeny Kafelnikov en la final, y que antes, siempre en tierra batida, había llegado a los cuartos de final en Roma y a las semifinales en St. Poelten (Austria).

No era un gran bagaje para afrontar su tercer torneo del Grand Slam. Pero a Verkerk le valió. Por encima de cualquier otro aspecto, lo que más destaca de su juego es el servicio. "La rompe", dicen de él algunos jugadores. La efectividad en el saque le proporciona muchos puntos gratuitos: 109 aces en Milán y 66, hasta ahora, en cuatro partidos, en París. Sin embargo, lo que le ha permitido llegar tan lejos ha sido básicamente el nuevo planteamiento que ha dado a su carrera. "Antes sólo pensaba en las mujeres y el vino", dice un familiar suyo. "Fui un buen júnior, pero hasta los 21 años aproveché la vida", reconoce Verkerk; "de golpe, en 2002, me dije que ya no me bastaba con buenos resultados y diversión fuera de la pista. Pensé que debía tomarme más en serio mi tenis". Entonces fichó al entrenador Nick Carr y comenzó a trabajar.

Verkerk no acepta que le comparen con su compatriota Richard Krajicek, campeón de Wimbledon en 1996: "Es el mejor holandés de la historia y siento un gran respeto por él". Hoy disputará sus primeros cuartos de final en un grand slam. "Moyà sabe cómo debe jugarme", explica; "ya ha ganado esta competición y sabe lo que debe hacer. Yo, sencillamente, saltaré a la pista pensando que no tengo nada que perder y lucharé hasta la última bola".