Un premio inesperado

Con Jesús Samper al frente de la gestión económica, y con un grupo de futbolistas con más pinta de malditos que de estrellas, el técnico gallego David Vidal -gran aficionado a la pesca submarina- tuvo ayer el honor de lograr algo inaudito: ascender al Murcia a Primera División. La Condomina fue el escenario de la victoria sobre el Levante, gracias a un gol del argentino Acciari, de cabeza, que colocó al club en el ascenso aritmético. Y así, a las 13.40 de ayer, terminó la travesía de catorce años sin fútbol de máxima categoría en la ciudad del Segura. Una época de declive desde el descenso en 1989 y el tránsito por Segunda B hasta el regreso a Segunda en el 2000.

El ascenso del Murcia es el resultado más inesperado entre los hinchas del club, que hace un año le vieron luchar por no bajar a Segunda B contra el Jaén. Desde entonces, la plantilla apenas cambió. Sólo aumentó la convicción de un grupo que en el verano pasado tenía más ganas de huir a otros destinos que de quedarse en un club sin mucha esperanza. El argentino Maciel, ex jugador del Racing de Avellaneda; el ex madridista Richi, procedente de la cantera de Chamartín; el alemán Reinke, defenestrado tras pasar por la Liga griega; el goleador David Karanka, todavía bajo el ala del Athletic, como su hermano; el argentino Acciari; y Tito, a quien llaman El Valerón del Murcia, forman el núcleo de una plantilla cuya fe recobrada es obra del trabajo de motivación de Joaquín Vidal.

En el club reconocen que el éxito es una sorpresa. En primer lugar porque la plantilla se diseñó con la intención de no bajar a Segunda B y crear un equipo que la próxima temporada pudiera luchar por el ascenso. Pero gracias a la seriedad Vidal, denostado en ambientes futbolísticos por sus maneras desaforadas y su propuesta de fútbol bilardista, a la italiana, las tornas cambiaron. Vidal hizo una apuesta personal por varios futbolistas desconocidos y procedentes de equipos de Segunda B, como es el caso del madrileño Richi.

Los logros de Vidal comenzaron cuando el técnico gallego se empeñó en rescatar al argentino Maciel, un jugador que venía de ganar el Apertura argentino con el histórico Rácing de Avellaneda y que no quería jugar en el Murcia, un equipo de Segunda División que poseía sus derechos y que el año anterior había logrado salvarse por los pelos de caer al pozo de la Segunda B. Pero el gallego se puso terco y se trajo a Maciel a Murcia. Ahora, es el principal referente de la plantilla. El líder. Pero los hallazgos de Vidal no acabaron ahí. El guardameta Andreas Reinke, de 32 años, había dado muestras de no estar a gusto en la plantilla. El técnico le dio confianza, precisamente en un momento en el que lo necesitaba, ya que el alemán se encontraba en una fase de descenso de su vida deportiva tras abandonar el Kaiserlautern y fichar por el Iraklis griego, club que abandonó antes de lo previsto para llegar a Murcia. Ahora es el menos goleado de la Primera y Segunda División. El premio: dejará España por el Werder Bremen de la Bundesliga.

En cuanto a lo económico, el Real Murcia ha logrado apartarse de los desastres de otros clubes de Segunda División, como es el caso de los dos asturianos, el Real Oviedo y el Sporting de Gijón, que no han podido sobreponerse a los despilfarros de sus años en Primera. Los murcianos han pasado, según el propio alcalde de la capital regional, Miguel Ángel Cámara, de tener que pedir un aval al Ayuntamiento en 1995 a alardear de unas cifras saneadas tras el paso de Jesús Samper, antiguo dirigente de la Federación Española de Fútbol llegado como salvador a la vera del Segura.

Las crónicas cuentan que en 1998 llegó Samper con una promesa: subir al equipo a Segunda y Primera División, y construir un campo de fútbol nuevo. Ahora, con los vientos de Primera, y después de haber puesto la primera piedra de la Nueva Condomina -en plena campaña electoral-, Samper se atreve incluso a pujar por los derechos televisivos del fútbol español, por lo que ofrece 19 millones de euros.