Una campaña de chismorreo

En 1991, Julián Muñoz era un frustrado empresario de bares que se estrenaba en la vida pública como concejal de Fiestas, de la mano del archiconocido Jesús Gil, inmerso en una nueva carrera como alcalde de Marbella y fundador del Grupo Independiente Liberal (GIL). Doce años después, los marbellíes han refrendado de modo inequívoco, con el 47,08% de los votos, a Julián Muñoz Palomo (El Arenal, Ávila, 1947) en el puesto que le dejó su mentor hace un año tras ser inhabilitado por el Tribunal Supremo. El nuevo regidor tiene también algunos asuntos pendientes con la Justicia, por no facilitar información a la oposición y por numerosas actuaciones urbanísticas.

A sus 55 años, Muñoz ha reemplazado a Gil en la alcaldía sin que la formación política haya sufrido desgaste en las urnas, hasta el extremo de haber recibido exactamente el mismo número de votos (21.971) que su predecesor cuatro años antes y mantener la mayoría absoluta.

Y donde la sustitución se está culminando con pleno éxito es en los programas de televisión y las páginas de la prensa del corazón, gracias a la vida sentimental de Julián Muñoz, cuya campaña electoral ocupó más espacio en los programas de chismorreo de las cadenas de televisión que en los informativos. Más que sustituir a Gil en ese mundillo, se podría decir que lo ha eclipsado.